Largoplacismo
El largoplacismo es la idea de que influir positivamente en el futuro a largo plazo de la humanidad es una prioridad moral clave de nuestro tiempo.1
El largoplacismo puede considerarse el resultado de combinar tres afirmaciones centrales.2 La primera afirmación es que las personas futuras importan moralmente. La segunda afirmación es que, si la inteligencia originada en la Tierra no se extingue prematuramente, la inmensa mayoría del conjunto total de las personas existirá en el futuro. La tercera afirmación es que la generación presente puede aumentar la probabilidad de que estas personas existan y la calidad de vida de estas personas si existen. En suma, el largoplacismo sostiene que las vidas de las personas futuras importan, y como se trata muchísimas vidas, proteger sus intereses importa muchísimo.
El largoplacismo fuerte sostiene que influir positivamente en el futuro a largo plazo es la prioridad moral clave de nuestro tiempo. Esta forma de largoplacismo fue introducida por Hilary Greaves y Will MacAskill,3 y tiene precedentes en los escritos de Nick Bostrom,4 Nick Beckstead,5 y otros autores. Greaves y MacAskill no definen ni discuten el largoplacismo “débil”; el contraste es más bien con el largoplacismo como tal, que, como se ha señalado anteriormente, sostiene que influir positivamente en el futuro a largo plazo es una prioridad clave, pero no necesariamente la prioridad máxima.
La distinción entre el largoplacismo paciente y el largoplacismo urgente puede explicarse en referencia a la hipótesis de la bisagra de la historia, es decir, la conjetura de que vivimos actualmente en una época en la que la humanidad tiene una influencia inusual sobre el futuro a largo plazo. Los partidarios del largoplacismo urgente consideran plausible esta hipótesis y, en consecuencia, sostienen que tiene sentido gastar nuestros recursos altruistas relativamente pronto. (Los recursos altruistas no solo incluyen los activos financieros, sino también otros recursos que pueden acumularse y gastarse deliberadamente para alcanzar objetivos altruistas, como la credibilidad, el capital profesional y la capacidad de coordinación.) Por el contrario, los partidarios del largoplacismo paciente sostienen que las oportunidades de influencia no se concentran en el corto plazo y, en consonancia con ello, se inclinan por invertir esos recursos para poder utilizarlos en el futuro, cuando lleguen los momentos de mayor influencia.
La distinción entre largoplacismo amplio y largoplacismo estrecho fue introducida originalmente por Nick Beckstead en su tesis doctoral, On the Overwhelming Importance of Shaping the Far Future (véase intervenciones amplias e intervenciones estrechas).6 El largoplacismo estrecho (o dirigido) intenta influir positivamente en el futuro a largo plazo centrándose en escenarios específicos e identificables, como los riesgos de una inteligencia artificial desalineada o de una pandemia artificial. En cambio, el largoplacismo amplio trata de influir a largo plazo aplicando enfoques generales que puedan ser útiles en un abanico más amplio de contextos, como promover el altruismo eficaz o fomentar la cooperación global.
Tanto el largoplacismo paciente y el urgente como el amplio y el estrecho son posiciones que existen en un continuo. Los términos “urgente”/“paciente” y “amplio”/“estrecho” dividen estos continuos en dos regiones discretas, de forma similar a como los términos “alto” y “bajo” dividen el continuo de la altura. Estas distinciones revelan una dimensión subyacente a lo largo de la cual el largoplacismo puede variar. En consecuencia, las preguntas más relevantes son “¿Hasta qué punto debe ser paciente/urgente el largoplacismo?” o “¿Hasta qué punto deben ser amplias/estrechas las intervenciones largoplacistas?”, en lugar de “¿El largoplacismo debe ser paciente o urgente?” o “¿El largoplacismo debe ser amplio o estrecho?”
Una distinción adicional que a veces se traza —y que también tiene su origen en el trabajo ya citado de Greaves y MacAskill— es entre largoplacismo axiológico y largoplacismo deóntico. (“Axiológico” y “deóntico” son términos técnicos tomados de la filosofía moral: “axiológico” significa “relacionado con lo que es bueno o valioso” y “deóntico” significa “relacionado con lo que debemos hacer o tenemos razón para hacer”.) El largoplacismo axiológico sostiene que influir positivamente en el futuro a largo plazo es una de las cosas más valiosas que podemos hacer, mientras que el largoplacismo deóntico sostiene que influir positivamente en el futuro a largo plazo es una de las cosas que tenemos más razones para hacer. A veces estos puntos de vista se combinan con el largoplacismo fuerte, de modo que el largoplacismo fuerte axiológico se convierte en la postura de que influir en el futuro a largo plazo es lo más valioso que podemos hacer y el largoplacismo fuerte deóntico se convierte en la postura de que influir en el futuro a largo plazo es lo que tenemos más razones para hacer.
Otra distinción relevante, introducida por los filósofos Johan Gustafsson y Petra Kosonen, es entre el largoplacismo normativo y el largoplacismo prudencial.7 El largoplacismo normativo es el largoplacismo tal y como se lo entiende normalmente, es decir, como una tesis sobre lo que es valioso, o sobre lo que tenemos razones para hacer, desde una perspectiva moral o impersonal. Sin embargo, también se puede considerar una forma de largoplacismo restringida a los intereses de la propia persona. Si los seres humanos pudieran vivir miles o millones de años, se podría argumentar que, incluso desde una perspectiva egoísta, una persona debería centrarse principalmente en los efectos a largo plazo de sus acciones, porque esos efectos tendrán un efecto determinante en el bienestar de esa persona.
Dylan Balfour (2021) Longtermism: how much should we care about the far future?, 1000-Word Philosophy: An Introductory Anthology, 17 de septiembre.
Nick Beckstead (2019) A brief argument for the overwhelming importance of shaping the far future, en Hilary Greaves & Theron Pummer (eds.), Effective Altruism: Philosophical Issues, Oxford: Oxford University Press, pp. 80–98.
William MacAskill (2023) ¿Qué es el largoplacismo?, Biblioteca Altruismo Eficaz.
William MacAskill, Hilary Greaves & Elliott Thornley (2021) The moral case for long-term thinking, en Natalie Cargill & Tyler John (eds.), The Long View: Essays on Policy, Philanthropy, and the Long-Term Future, Londres: First, pp. 19–28.
Fin Moorhouse (2023) El largoplacismo: una introducción, Biblioteca Altruismo Eficaz.
Max Roser (2023) El futuro es inmenso: ¿qué significa esto para nuestra vida?, Biblioteca Altruismo Eficaz.
Cody Fenwick (2023) Largoplacismo: un llamamiento a proteger a las generaciones futuras, Biblioteca Altruismo Eficaz.
Wikipedia (2022) Largoplacismo, Wikipedia, 21 de septiembre (última actualización: 2 de marzo de 2023).
Largoplacismo. Introducción en línea al largoplacismo.
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