El último ser humano: un atisbo del futuro lejano
El futuro de la humanidad parece inseguro. El cambio climático abrupto, las divisiones políticas, nuestra codicia y nuestros fracasos hacen que sea difícil mirar a nuestra especie con optimismo. Por eso la gente piensa que nuestro fin está cerca. Pero los humanos siempre han pensado que viven en el fin de los tiempos. Cada generación asume que es lo suficientemente importante como para presenciar el apocalipsis y luego la vida continúa. Esto es un problema porque conduce al pensamiento a corto plazo y nos impide crear un mundo mejor para nosotros y para nuestros descendientes. Lo que empeora las cosas es que en realidad puede que estemos viviendo en un momento extremadamente crítico en la historia humana. Para entender por qué, observemos el horizonte temporal de la humanidad y preguntémonos: ¿Cuándo nacerá el último ser humano? Y ¿cuántas personas existirán?
Este tipo de cálculos tiene muchas incertidumbres, así que por favor tómalos con un gigantesco grano de sal. Para hacernos una idea de cuántas personas existirán, veamos cuántas personas han vivido ya. Los humanos modernos surgieron hace unos 200 000 años. Eran excepcionalmente buenos para fabricar herramientas, contar historias, pensar de forma abstracta, planificar y trabajar en grupos grandes que excedían el núcleo familiar. Aun así, no éramos muchos. Los excedentes de alimentos eran escasos, la supervivencia era difícil y la esperanza de vida era baja. Nos tomó 150 000 años alcanzar una población de 2 millones. Las mejoras fueron graduales y finalmente condujeron a la revolución neolítica, posiblemente el mayor cambio en nuestra historia. Fue entonces cuando nuestros números realmente comenzaron a crecer.
Hicieron falta diez mil años más para llegar a 300 millones. Pero ese aumento fue empequeñecido por la Revolución Industrial. En el año 1800 éramos 1 000 millones. La población humana se duplicó en solo 120 años, y de nuevo en 50. Hoy somos alrededor de 8 000 millones. En total, en los últimos 200 000 años nacieron alrededor de 117 000 millones de humanos y 109 000 millones también murieron. Lo que significa que alrededor del 7 % de todos los humanos que han vivido alguna vez están vivos en este momento. Tantos como nacieron en los primeros 150 000 años de la historia humana. Cada minuto, 270 bebés se unen a la fiesta. Pero no solo hay más gente.
Nunca antes habíamos estado tan sanos ni habíamos vivido tanto tiempo. Con el aumento de la calidad de vida, nuestras tasas de natalidad colapsaron. La ONU estima que alrededor del año 2100 alcanzaremos nuestro pico de población y nacerán 125 millones de personas cada año. Es poco probable que las tasas de natalidad se mantengan estables para siempre, pero para simplificar la cuestión imaginemos que así será. Cuánta gente habrá en el futuro depende de cuándo desaparecerá nuestra especie. Y aquí nos encontramos con muchas incertidumbres. Somos capaces de destruirnos con nuestros propios inventos, pero también de encontrar soluciones para evitar el riesgo de catástrofe. Podemos cambiar la dirección de asteroides que nos amenacen, pero también hemos inventado armas nucleares. Descubrimos antibióticos, pero también transportamos enfermedades por todo el mundo en cuestión de días. Nuestro sistema industrial nos dio una calidad de vida increíble, pero también cambió la atmósfera en el proceso. Es muy difícil saber si el ingenio humano prolongará o acortará la vida de nuestra especie. Si las cosas van mal, nuestro final podría llegar sin aviso. Pero si logramos evitarlo, es concebible que perduremos por mucho tiempo. Así que cada día que no nos destruyamos puede significar la vida para un número insondable de personas. ¿De cuántas estamos hablando? Depende de hasta dónde logre expandirse nuestra especie.
Escenario 1: Los humanos nunca abandonarán la Tierra. Si nos quedamos en nuestro planeta, una métrica a tener en cuenta es la tasa de extinción de animales que obtenemos del registro fósil. El promedio de vida de las especies de mamíferos es de alrededor de 1 millón de años, y algunos sobreviven hasta 10 millones. Nuestro pariente cercano, el Homo erectus, sobrevivió unos 1,9 millones de años. Seamos conservadores y supongamos que los humanos sobrevivirán un millón de años, lo que nos deja unos 800 000 años de ocio. Suponiendo una tasa de natalidad de 125 millones de personas al año, esto significa que hay unos 100 billones de humanos esperando nacer. 850 veces el número de personas que han vivido. Todos los que viven hoy serían solo el 0,008 % de todas las personas que alguna vez vivirán. Piensa en lo que esto significa para ti. En lugar de estar al final del desorden caótico que fue nuestro pasado, estarías viviendo al comienzo de algo grande. El comienzo de la historia humana, en lugar del final.
¿No sientes que esto cambia completamente tu perspectiva? Y ahora considera que es posible que se trate de un cálculo extremadamente pesimista. Si igualáramos el tiempo de supervivencia de los mamíferos más exitosos, la cifra se elevaría a 1 200 billones de personas que aún no han nacido. E incluso esto parece estar lejos de nuestro potencial. A medida que el sol se vuelve lentamente más caliente y brillante, la Tierra seguirá siendo habitable durante unos 500 millones de años, dando a muchas más personas potenciales la oportunidad de convertirse en personas reales. Y ahora comencemos a pensar en grande.
Escenario 2: Los humanos abandonarán la Tierra. Pasamos de adorar la luna a caminar sobre ella, por lo que ¿quién sabe cuánto más lejos podemos llegar? Si no morimos en los próximos cien años, las ideas que parecen extravagantes ahora se vuelven consideraciones serias. Si creemos que podemos sobrevivir durante millones de años, podríamos expandirnos a otros planetas o a nuestros propios mundos artificiales. La vida necesita tres cosas: una superficie, recursos y energía. El sol proporciona energía para miles de millones de años y hay tanta agua y material flotando en el cinturón de asteroides y en el de Kuiper, que podríamos sostener muchas veces nuestra población actual. En lugar de vivir en planetas, podríamos decidir construir nuestros propios mundos y hábitats artificiales. Con recursos y energía tan abundantes, podríamos probar diferentes tipos de sociedad y formas de vida. Una civilización interconectada que se extendiera por todo el sistema solar crearía las bases para la existencia de un número impensable de individuos, órdenes de magnitud más de los que habría si nos quedáramos en la Tierra, aunque solo existiéramos por unos pocos millones de años.
Este futuro no tiene que ser sombrío y oscuro como le gusta pintarlo a la ciencia ficción. Con miles de billones de personas esperando nacer, tendremos miles de millones trabajando para curar el cáncer, para acabar con la pobreza y para crear videojuegos divertidos. Más humanos puede ciertamente significar más progreso. Otra ventaja de dejar la Tierra y expandirnos es que se vuelve mucho más difícil que nos extingamos, ya que hace falta una catástrofe que abarque todo el sistema solar para acabar con todo el mundo. De modo que, aparte de las supernovas o los estallidos de rayos gamma en nuestra vecindad, la humanidad estará relativamente a salvo de la extinción, tal vez durante miles de millones de años. Si conseguimos sobrevivir durante tanto tiempo, una evolución lenta o la ingeniería genética podrían dividirnos en múltiples especies, o podríamos mantenernos intencionalmente como somos ahora. Por esta razón, de ahora en adelante hablaremos de personas, en lugar de humanos. Y ahora, pensemos realmente en grande.
Escenario 3: Las personas abandonarán el sistema solar. El sistema solar es enorme, pero solo es un sistema estelar entre miles de millones en la Vía Láctea. Si la gente del futuro puede colonizar 100 000 millones de estrellas y vivir allí durante 10 000 millones de años mientras cada una genera 100 millones de nacimientos al año, podemos esperar alrededor de 100 000 cuatrillones de vidas en el futuro. Esto es un 1 con 29 ceros detrás. 100 000 billones de billones. Podemos darle tantas vueltas como queramos. La galaxia de Andrómeda se fusionará con la Vía Láctea, agregando otro billón de estrellas para asentarnos. Las enanas rojas permanecen activas hasta por un billón años y las civilizaciones futuras podrían encontrar energía para sus hábitats alrededor de los agujeros negros. Una civilización de nuestros descendientes lo suficientemente avanzada podría incluso tratar de llegar a otros grupos de galaxias. Si bien estos números son increíbles, pueden incluso subestimar en muchos órdenes de magnitud el número de personas por nacer. Si dividimos la energía total disponible en una galaxia por las necesidades energéticas promedio de una persona, obtenemos un septillón de vidas potenciales. Un millón de billones de billones de billones de personas potenciales.
Conclusión: Ojalá se haya hecho evidente que si no nos suicidamos en los próximos siglos o milenios, casi todos los humanos que alguna vez existirán, vivirán en el futuro. Lo que nos trae de vuelta al presente. Existimos en un punto culminante de la historia humana, con increíbles posibilidades a nuestro alcance: tecnológicas, medioambientales y sociales. Lo que hacemos importa para todas las personas que aún no existen. Por ello, si bien no está de moda pensar en el futuro a largo plazo de la humanidad con optimismo —o tan solo pensar en este futuro—, tal vez esto te haya dado algo de perspectiva. Si arruinamos el presente, es posible que muchas personas nunca lleguen a existir. Miles de billones de humanos por nacer están a nuestra merced. Incluso si nos guiamos por cálculos bastante conservadores, los que aún no han nacido son, con mucho, el grupo de población más grande y el más privado de derechos. Alguien que podría nacer en mil o un millón de años depende estrechamente de nosotros hoy para existir. Por eso es importante pensar en el futuro lejano. Y por eso nuestra presencia es tan crucial, y tan importante lo que hagamos hoy. Un día nacerá el último ser humano. No sabemos cuándo. Pero si alteramos nuestra perspectiva de que vivimos en el final de la historia humana a vivir en el principio no solo podremos construir un mundo maravilloso para nosotros y para otros seres humanos de carne y hueso, sino también para un número inconmensurable de personas.