Desperdicio astronómico
El desperdicio astronómico es la pérdida de valor potencial derivada de retrasar la explotación eficiente de los recursos del universo. La expresión y el concepto fueron introducidos por Nick Bostrom en un artículo de 2003.1
El universo accesible es inmenso y permanece sin explotar casi en su totalidad. El Supercúmulo de Virgo contiene 1013 estrellas, y la energía de cada estrella podría generar 1042 cómputos por segundo. El cerebro humano, por su parte, puede realizar unos 1017 cómputos por segundo. Suponiendo que las propiedades moralmente relevantes del cerebro —como la conciencia fenoménica— dependen de su organización funcional, se deduce que el universo podría albergar, cada segundo, una cantidad de valor equivalente a la realizada en vidas humanas. Los costos morales de no hacer realidad este potencial parecen ser enormes.
Sin embargo, en términos relativos, los costos son bastante modestos. El universo existe desde hace unos 10 000 millones de años, por lo que no cabe esperar que los procesos cosmológicos provoquen una pérdida de valor de más de una diezmillmillonésima parte por año aproximadamente. Y la evidencia observacional parece coincidir con esta valoración a priori. La finitud, la expansión y el agotamiento del universo ocurren a un ritmo lo bastante lento como para ajustarse a la estimación basada en la duración del universo hasta ahora.2
Si los costos de oportunidad de retrasar la explotación de los recursos del universo son tan pequeños en términos relativos, por grandes que sean en términos absolutos, se deduce que tales costos carecen de importancia en relación con los costos derivados de la exposición al riesgo existencial, que son mucho mayores en comparación. En la próxima década, quizá se pierda una milmillonésima parte del valor total alcanzable por no haber organizado el universo de forma óptima. En esa misma década, quizá se pierda una milésima parte de este valor en términos esperados por la exposición a un riesgo del 0,1 % de catástrofe existencial. Así pues, los costos derivados de la exposición al riesgo existencial superan en varios órdenes de magnitud los costos de oportunidad derivados del retraso de la expansión.
Así pues, aunque al observar por primera vez los costos astronómicos del retraso en el desarrollo tecnológico un altruista puede verse tentado a concluir que dicho desarrollo debería acelerarse, esa conclusión no resiste un análisis cuidadoso. Dado que los riesgos existenciales antropogénicos de las nuevas tecnologías constituyen la mayor parte del riesgo existencial, acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías tendrá en sí mismo efectos significativos sobre dicho riesgo. Tales efectos eclipsarán cualquier ganancia derivada de la reducción del desperdicio astronómico y, por tanto, deberían ser la consideración más importante a la hora de tomar decisiones.
El desperdicio astronómico se cita a menudo como una consideración a favor del largoplacismo. Sin embargo, cuando los autores hablan de “desperdicio astronómico” en estos contextos, no se refieren normalmente a los costos de una expansión tardía, sino a los costos de una expansión fallida (o defectuosa). Así, Carl Shulman menciona “el desperdicio astronómico esperado si la humanidad se extinguiera por el impacto repentino de un asteroide”.3 Del mismo modo, enlazando al artículo de Bostrom, Gwern Branwen escribe que “la extinción humana representa la pérdida de cantidades literalmente astronómicas de utilidad”.4 Y Siebe Rozendal escribe que “la extinción sería un ‘desperdicio astronómico’”.5 La expresión impacto astronómico6 puede utilizarse para expresar esta idea, reservando desperdicio astronómico para referirse a los costos de oportunidad del retraso en el desarrollo tecnológico.
Nick Bostrom (2023) Desperdicio astronómico: el costo de oportunidad de retrasar el desarrollo tecnológico, Biblioteca Altruismo Eficaz.
Paul Christiano (2013) Astronomical waste, Rational Altruist, 30 de abril.
colonización del espacio • ética del riesgo existencial • progreso diferencial • riesgo existencial