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Año de vida ajustado

Un año de vida ajustado es un tipo de medida resumida de la salud de la población que combina información sobre la cantidad (duración) y la calidad (estado de salud o bienestar) de la vida en un único parámetro. Estas medidas suelen denominarse año de vida ajustado por salud (AVAS)⁠1 y se utilizan principalmente para cuantificar la carga global de las enfermedades, las lesiones y los factores de riesgo en una población y—lo que es más importante para el altruismo eficaz—, para comparar los beneficios de distintas intervenciones sanitarias o programas sociales en términos de “bien” total o ganancia sanitaria producida. Esto permite comparar diversas intervenciones y facilita las decisiones de asignación de recursos basadas en la costo-eficacia, con el objetivo de maximizar el impacto positivo logrado con recursos escasos.

Finalidad y uso

El propósito fundamental de la medición de los años de vida ajustados es proporcionar una moneda común para los resultados de salud que tenga en cuenta tanto la mortalidad (pérdida de años de vida) como la morbilidad (reducción de la calidad de vida). En lugar de basarse únicamente en las tasas de mortalidad o la esperanza de vida, que ignoran el impacto de las afecciones no mortales, los años de vida ajustados intentan ofrecer una imagen más completa de la salud o el bienestar.

En el contexto del altruismo eficaz, estas métricas son herramientas valiosas en diversos contextos:

  1. Evaluación de la carga de la enfermedad: Cuantificar la pérdida total de salud asociada a diferentes enfermedades o factores de riesgo, ayudando a identificar los problemas de salud globales o regionales más significativos.
  2. Comparación de intervenciones alternativas: Comparar la eficacia de diversas intervenciones (por ejemplo, vacunas, tratamientos, campañas de salud pública, ayuda al desarrollo) midiendo la ganancia de salud que producen en una unidad estandarizada.
  3. Análisis de costo-eficacia (ACE): Determinar el costo por año de vida ajustado ganado para diferentes intervenciones, lo que permite priorizar aquellas intervenciones que logran el mayor impacto sanitario por unidad de costo.
  4. Establecimiento de prioridades: Informar a los gobiernos, las ONG y los financiadores filantrópicos sobre cómo asignar los recursos escasos para maximizar las mejoras de la salud o el bienestar.

Variantes

Aunque AVAS es un término general, se han desarrollado varios tipos específicos de años de vida ajustados, cada uno de ellos con diferentes metodologías y aplicaciones previstas:

  • Año de vida ajustado por calidad (AVAC): El AVAC más utilizado en economía de la salud, sobre todo en países de renta alta. Un AVAC representa un año de vida vivido en perfecto estado de salud. Los años vividos con una salud inferior a la perfecta se ponderan mediante una puntuación de calidad de vida relacionada con la salud, que suele oscilar entre 0 (equivalente a la muerte) y 1 (salud perfecta). Los AVAC miden la salud ganada o la salud esperada.
  • Año de vida ajustado por discapacidad (AVAD): Desarrollado inicialmente para el proyecto Carga Global de la Enfermedad (CGE) por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, un AVAD representa un año perdido de vida “sana”. Se calcula como la suma de los Años de Vida Perdidos (AVP) por mortalidad prematura y los Años Vividos con Discapacidad (AVD). El componente AVD se pondera mediante “ponderaciones de discapacidad” que reflejan la gravedad de las condiciones de salud específicas, que van de 0 (sin discapacidad/salud perfecta) a 1 (equivalente a la muerte). Estas ponderaciones suelen derivarse de paneles de expertos que utilizan métodos como la compensación por persona. A diferencia de los AVAC, los AVAD miden la brecha de salud en relación con un estado de salud ideal y pretenden cuantificar la carga de la enfermedad que hay que evitar o minimizar.⁠2 Los cálculos originales de AVAD también incorporaban la ponderación por edad (valorando más los años vividos en la edad adulta joven) y utilizaban un punto de referencia de esperanza de vida estándar para los cálculos de AVAC, aunque las prácticas han evolucionado.
  • Año de vida ajustado por bienestar (WELLBY, por sus siglas en inglés): Un concepto más reciente que surge de la economía y la política del bienestar, especialmente relevante para los objetivos más amplios del altruismo eficaz, es el de WELLBY, que mide un año de vida ponderado por una medida de bienestar subjetivo, normalmente la satisfacción con la vida valorada en una escala numérica (por ejemplo, 0-10). A diferencia de los AVAC y los AVAD, que se centran principalmente en la salud, los WELLBY pretenden capturar la idea de calidad de vida global, según la juzga el propio individuo. Esto permite comparar una gama mucho más amplia de intervenciones, incluidas las dirigidas a la salud mental, la pobreza o la educación o la calidad del medio ambiente, en función de su impacto en la experiencia subjetiva general.⁠3

Es crucial señalar que los AVAC y los AVAD, a pesar de sus similitudes conceptuales, utilizan métodos diferentes para ponderar la dimensión calidad/discapacidad y, a menudo, para tratar la expectativa de vida y la tasa de descuento. Por tanto, no son métricas directamente intercambiables.⁠4 Los WELLBY suponen una desviación adicional al utilizar el bienestar subjetivo en lugar de la calidad relacionada con la salud o la discapacidad.

Principios de cálculo

El principio básico para calcular cualquier año de vida ajustado consiste en multiplicar la duración del tiempo pasado en un estado concreto (por ejemplo, un estado de salud o un estado de bienestar subjetivo) por el peso asignado a la calidad de ese estado. A continuación, estos valores se suman a lo largo del periodo de tiempo pertinente, que puede ser toda una vida, la duración de una enfermedad o el periodo durante el cual persisten los efectos de una intervención.

Los años de vida ajustados futuros suelen descontarse para reflejar la preferencia temporal (valorar más los beneficios presentes que los futuros) y otros factores potenciales como el riesgo catastrófico, aunque el tipo de descuento adecuado para la salud o el bienestar (en contraposición a los costos monetarios) es objeto de debate. Los cálculos de AVAC suelen utilizar el descuento en tiempo discreto, mientras que los cálculos de AVAD tradicionalmente utilizaban el descuento continuo.⁠5

Consideraciones metodológicas y éticas

El uso de años de vida ajustados implica importantes supuestos metodológicos y plantea cuestiones éticas:

  • Valoración: determinar las ponderaciones de calidad/discapacidad/bienestar es complejo. ¿Qué valores deben utilizarse (de la propia persona, del público en general, o de los expertos)? ¿Qué método de obtención (compensación a lo largo del tiempo, compensación entre personas, escalas de valoración, preguntas directas de encuesta) es el más adecuado? ¿Representan estas ponderaciones con exactitud medidas cardinales de salud, bienestar o “bien”? La elección del método y de la población de valoración puede impactar significativamente en los resultados.
  • Ámbito: los AVAC y los AVAD se centran principalmente en la salud. ¿Capturan adecuadamente todas las dimensiones relevantes para la calidad de vida de una persona o el beneficio global de una intervención? Los WELLBY intentan ampliar el alcance, pero dependen de la validez y la interpretación de las medidas de bienestar subjetivo.
  • Comparaciones interpersonales: la agregación de años de vida ajustados entre individuos supone implícitamente que una unidad (por ejemplo, un AVAC o un WELLBY) representa la misma cantidad de salud o bienestar para diferentes personas. Este supuesto es necesario para los cálculos a nivel poblacional, pero es difícil de verificar y discutible filosóficamente.⁠6
  • Descuento y ponderación por edad: aplicar tasas de descuento a la salud o bienestar futuros implica que las ganancias futuras valen menos que las presentes. La ponderación por edad (como se utilizaba originalmente en los AVAD) valora explícitamente de forma diferente los años vividos a distintas edades.
  • El problema de la existencia: un desafío fundamental, sobre todo para los AVAC y los WELLBY, es cómo valorar las intervenciones que crean nuevos años de vida (por ejemplo, mediante tratamientos de fertilidad) frente a las que extienden las vidas existentes. Los métodos estándar tienen dificultades para asignar valor a la creación de una persona, incluso si se espera que su vida sea buena. Este sigue siendo un problema sin resolver.⁠7

Relevancia para el altruismo eficaz

Los años de vida ajustados ofrecen un poderoso marco conceptual para el altruismo eficaz al proporcionar un medio para cuantificar y comparar el impacto de las intervenciones destinadas a mejorar la vida. Se alinean con el objetivo de maximizar la cantidad de bien conseguido por unidad de recurso. Los AVAC, y especialmente los AVAD, ya influyen en el establecimiento de prioridades de salud global. Los WELLBY ofrecen una métrica potencialmente más completa que podría permitir comparaciones entre una gama más amplia de áreas de trabajo fundamentales para el altruismo eficaz, como la salud mental, la mitigación de la pobreza e incluso el bienestar animal o la reducción del riesgo existencial (aunque las aplicaciones más allá de la salud y el bienestar humanos son muy especulativas).⁠8

Más información

John Broome (1993) Qalys, Journal of Public Economics, vol. 50, pp. 149–167.

Paul Frijters & Christian Krekel (2021) A Handbook for Wellbeing Policy-Making: History, Theory, Measurement, Implementation, and Examples, Oxford: Oxford University Press.

Marthe R. Gold, David Stevenson & Dennis G. Fryback (2002) HALYs and QALYs and DALYs, oh my: Similarities and differences in summary measures of population health, Annual Review of Public Health, vol. 23, pp. 115–134.

Franco Sassi (2006) Calculating QALYs, Comparing QALY and DALY Calculations, Health Policy and Planning, vol. 21, pp. 402–408.

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bienestar • carga de la enfermedad