Los mayores problemas del mundo y por qué no son lo primero que nos viene a la mente
Llevamos más de 10 años intentando responder a una pregunta sencilla: ¿cuáles son los problemas más grandes y más desatendidos del mundo?
Queríamos que nuestras carreras profesionales tuvieran un impacto positivo, por lo que nos propusimos descubrir dónde serían más eficaces nuestros esfuerzos.
Nuestro análisis indica que elegir el problema adecuado podría aumentar el impacto más de 100 veces, lo que lo convertiría en el mayor impulsor del impacto.
A continuación presentamos un resumen de lo que hemos aprendido. Sigue leyendo para saber por qué acabar con la diarrea podría salvar tantas vidas como la paz mundial, por qué la inteligencia artificial puede ser un asunto todavía más importante y qué podrías hacer en tu propia carrera profesional para que sucedan los cambios más urgentes.
En pocas palabras, los problemas más apremiantes son aquellos en los que la gente puede tener un mayor impacto cuando intenta resolverlos. Como explicamos en el artículo anterior, esto significa problemas que no solo son grandes, sino también desatendidos y solucionables. Cuanto más desatendidos y solucionables, mayor será el esfuerzo adicional, por lo que no serán los problemas que vienen primero a la mente.
Si solo quieres saber cuál creemos que es la respuesta, ve a nuestra lista de los problemas más apremiantes del mundo.
Tiempo de lectura: 25 minutos.
La mayoría de las personas que quieren lograr un cambio positivo se centran en los problemas de su país de origen. En los países ricos, esto suele significar problemas como la indigencia, la educación en los centros urbanos y el desempleo. Pero, ¿son estos los asuntos más urgentes?
En los EE. UU., apenas el 5 % de las donaciones a organizaciones benéficas se destinan a causas internacionales.1 Las carreras profesionales más populares entre los graduados con talento que quieren hacer el bien son la educación y la salud, que en conjunto reciben alrededor del 40 % de los graduados y principalmente se ocupan de ayudar a la gente en los EE. UU.a
Existen algunas buenas razones para centrarte en ayudar a tu propio país: conoces mejor los problemas y es posible que sientas que tienes una obligación especial con él. Sin embargo, en 2009, nos topamos con la siguiente serie de factores, que nos llevaron a pensar que los problemas más urgentes no son locales, sino que están relacionados con la pobreza en los países más pobres del mundo, y especialmente con los esfuerzos en el ámbito de la salud, como la lucha contra la malaria y los parásitos. (Como veremos más adelante, ahora pensamos que hay problemas aún más urgentes que la pobreza global: específicamente, riesgos catastróficos que podrían afectar a todo el mundo y al futuro).
¿Por qué decimos que los problemas más urgentes no son locales? Bien, aquí hay un gráfico muy impactante que encontramos durante nuestra investigación.
Es la distribución global de la renta que vimos en un artículo anterior.
Incluso alguien que viva en el umbral de pobreza estadounidense de 14,580 dólares al año (en 2023) es más rico que aproximadamente el 85 % de la población mundial, y unas 20 veces más rico que los 700 millones de personas más pobres del mundo, que en su mayoría viven en América Central, África y Asia meridional con menos de 800 dólares al año. Estas cifras ya están ajustadas por paridad de poder adquisitivo, es decir, el hecho de que el dinero alcanza para más cosas en los países pobres.c
Como también hemos visto antes, cuanto más pobre eres, mayor es la diferencia que el dinero extra supone para tu bienestar. Según esta investigación, dado que las personas más pobres de África son 20 veces más pobres, cabría esperar que los recursos destinados a ayudarlos rindieran 20 veces más.
Además, en los Estados Unidos solamente hay unos 40 millones de personas en situación de pobreza relativa, es decir, aproximadamente el 6 % de los 700 millones de personas en situación de pobreza global extrema.d
También se dedican muchos más recursos a ayudar a este menor número de personas. La ayuda al desarrollo proveniente de los países desarrollados es, en total, de apenas unos 200 000 millones de dólares al año, frente a los 1.7 billones que se gastan en asistencia social solo en los EE. UU.e
Por último, como hemos visto antes, es probable que una parte significativa de las intervenciones sociales estadounidenses no funcionen. Esto se debe a que los problemas a los que se enfrentan los pobres en los países ricos son complejos y difíciles de resolver. Además, incluso las intervenciones que cuentan con mayor respaldo de evidencia son caras y tienen efectos modestos.
La misma comparación es válida para otros países ricos, como el Reino Unido, Australia, Canadá y la Unión Europea. (Aunque si vives en un país de ingresos bajos, quizá sea mejor centrarse en los problemas locales).
Nada de lo expuesto tiene como objetivo negar que los pobres de los países ricos tengan vidas muy duras, quizá incluso peores en algunos aspectos que las de los pobres de los países en desarrollo. Antes bien, la cuestión es que su número es menor y es más difícil ayudarlos.
Entonces, si no te centras en los problemas de tu país, ¿en qué deberías centrarte?
Anteriormente hemos contado la historia del Dr. Nalin, que ayudó a desarrollar la terapia de rehidratación oral como tratamiento de la diarrea.
¿Y si te dijéramos que, durante la segunda mitad del siglo XX, los esfuerzos del Dr. Nalin y de otros contribuyeron a salvar tantas vidas como si en el mismo período se hubiera alcanzado la paz mundial?
El número de muertes anuales por diarrea se ha reducido en 3 millones en las últimas cinco décadas gracias a avances como la terapia de rehidratación oral.
Mientras tanto, todas las guerras y hambrunas con trasfondo político mataron a unos 2 millones de personas al año durante la segunda mitad del siglo XX.f
También hemos logrado victorias similares sobre otras enfermedades infecciosas.
La lucha global contra las enfermedades es uno de los mayores logros de la humanidad, pero también es una batalla en curso a la que podemos contribuir con nuestras carreras profesionales.
Una gran parte de estos logros fueron impulsados por la ayuda humanitaria, como la campaña para erradicar la viruela. De hecho, aunque muchos expertos en economía piensan que gran parte de la ayuda exterior no ha sido eficaz, incluso los más escépticos concuerdan en que hay una excepción: la salud global.
Por ejemplo, William Easterly, autor de The White Man’s Burden, escribió:
Hay que volver a poner la atención donde debe estar: hacer llegar a los más pobres del mundo bienes tan obvios como las vacunas, los antibióticos, los complementos alimenticios, las semillas mejoradas, los fertilizantes, las carreteras… No se trata de hacer que los pobres dependan de limosnas; se trata de dar a los más pobres la salud, la nutrición, la educación y otros factores que aumentan la recompensa de sus propios esfuerzos por mejorar sus vidas.
En el ámbito de la salud, ¿en qué centrarse? Un economista del Banco Mundial nos envió estos datos, que también nos sorprendieron.
Esta es una lista de tratamientos médicos, como el suministro de medicamentos contra la tuberculosis o cirugías, clasificados según la cantidad de salud producen por dólar, medida en rigurosos ensayos controlados aleatorizados. La salud se mide en una unidad estándar utilizada por los economistas de la salud, llamada año de vida ajustado por calidad.
En primer lugar, todos estos tratamientos son eficaces. Esencialmente, todos ellos recibirían financiamiento en países como los Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, en los países pobres, las personas con frecuencia mueren por enfermedades que sin duda habrían sido tratadas si hubieran nacido en otra parte.
No obstante, lo que es aún más sorprendente es que las principales intervenciones son mucho mejores que la media, como muestra el pico de la derecha. Se ha demostrado que las principales intervenciones, como las vacunas, tienen beneficios significativos, pero también son extremadamente baratas. La primera intervención es más de 10 veces más costo-eficaz que la media, y 15 000 veces más que la peor.g Esto significa que si trabajaras en una organización benéfica de salud centrada en una de las principales intervenciones, tendrías una expectativa de impacto 10 veces mayor en comparación con otra seleccionada al azar.
Este estudio no es perfecto: hubo errores en el análisis que afectaron los resultados principales (y eso es lo que cabría esperar debido a la regresión a la media), pero la conclusión principal es sólida: las mejores intervenciones médicas son muchas veces más eficaces que la media.
Entonces, si cambias el enfoque de tu carrera profesional y te centras en la salud global, ¿cuánto más impacto podrías tener?
Como vimos en el primer gráfico, dado que las personas más pobres del mundo son más de 20 veces más pobres que los pobres de los países ricos, los recursos destinados a ayudarlos rinden unas 20 veces más (lee sobre la razón de esto aquí).h
Entonces, si nos centramos en la salud, todo el mundo admite que hay intervenciones baratas y eficaces que valen la pena. Podemos utilizar la investigación del segundo gráfico para elegir las mejores intervenciones, lo que nos permitirá aumentar el impacto otras cinco veces.i En total, esto representa una diferencia de 100 veces en el impacto.j
¿Es esto así? El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido y muchas dependencias gubernamentales de los EE. UU. están dispuestas a gastar más de 30 000 dólares para dar a alguien un año más de vida saludable.k Se trata de un uso fantástico de los recursos según los parámetros habituales.
No obstante, una investigación de GiveWell ha revelado que es posible dar a un niño un año de vida sana con una donación de unos 100 dólares a una de las organizaciones benéficas de salud global más costo-eficaces, como Against Malaria Foundation. Esto es aproximadamente un 0,33 % de la cifra anterior.2 Lo cual indica que, al menos en términos de mejora de la salud, una carrera profesional que trabaje en un lugar como la Against Malaria Foundation podría lograr tanto como 300 carreras profesionales enfocadas a una forma típica de hacer el bien en un país rico. (Aunque consideramos que una comparación más rigurosa y exhaustiva encontraría una diferencia algo menor.l)
Nos cuesta comprender diferencias a una escala tan grande, pero eso significaría que un año de dedicación (igualmente cualificada) a los mejores tratamientos dentro de la salud global podría tener tanto impacto como el que habrían conseguido otros en 100 años trabajando en los problemas típicos de los países ricos.
Estas observaciones nos han motivado a muchos de nosotros en 80 000 Horas a empezar a donar al menos el 10 % de nuestros ingresos a organizaciones benéficas eficaces dedicadas a la salud global. Independientemente del trabajo al que nos dedicáramos, estas donaciones nos permitirían lograr un cambio sustancial. De hecho, si la cifra de 100 veces es correcta, la donación del 10 % equivaldría a donar el 1000 % de nuestros ingresos a organizaciones benéficas dedicadas a la pobreza en los países ricos.
Consulta más detalles sobre las maneras de contribuir a la salud global en nuestro perfil completo.
Sin embargo, todo lo que hemos aprendido sobre la salud global nos ha hecho plantearnos muchas más preguntas. Si es posible tener un impacto 10 o 100 veces mayor solo con un poco de investigación, quizá haya áreas aún mejores por descubrir.
Hemos examinado muchas vías para ayudar a los pobres del mundo, como la reforma del comercio, el fomento de la migración, la investigación sobre el rendimiento de cultivos y la investigación biomédica.
Tomando una dirección muy distinta, también nos hemos planteado seriamente trabajar para acabar con la cría intensiva de animales. Brevemente, la idea es que los intereses de los animales reciben una protección muy deficiente por parte de nuestros sistemas económicos y políticos actuales, a pesar de que hay un número enorme de animales: alrededor de 100 000 millones mueren cada año en criaderos intensivos. Por ejemplo, ayudamos a fundar Animal Charity Evaluators, que investiga la forma más eficaz de mejorar el bienestar animal. Seguimos pensando que la cría intensiva de animales es un problema urgente, como explicamos en nuestro perfil completo. Pero al final, decidimos enfocarnos en otra cosa.
¿Cuál de estas dos opciones elegirías?
La mayoría elige la segunda opción. Es un ejemplo burdo, pero apunta a que valoran a las generaciones futuras.
Si la gente no quisiera dejar un legado a las generaciones futuras, sería difícil entender por qué invertimos tanto en ciencia, creamos arte y preservamos la naturaleza.
Ciertamente, nosotros elegiríamos la segunda opción. Además, si valoramos a las generaciones futuras, existen argumentos sólidos según los cuales nuestro objetivo debe ser ayudarlas. Esto nos fue expuesto por primera vez por los investigadores del (modestamente llamado) Future of Humanity Institute de la Universidad de Oxford.
¿Cuál es el razonamiento?
En primer lugar, las generaciones futuras importan, pero no pueden votar, no pueden comprar cosas y no pueden defender sus intereses. Esto significa que nuestro sistema no los tiene en cuenta, lo que se puede ver en el fracaso global para lograr un acuerdo internacional contra el cambio climático que realmente funcione.
En segundo lugar, su tragedia es abstracta. Nos vienen a la mente cuestiones como la pobreza global y la cría intensiva de animales con mucha más frecuencia. Pero no podemos visualizar tan fácilmente el sufrimiento que se producirá en el futuro. Las generaciones futuras dependen más de nuestra buena voluntad, e incluso eso es difícil de conseguir.
En tercer lugar, probablemente en el futuro habrá muchas más personas vivas que en la actualidad. La Tierra seguirá siendo habitable durante al menos cientos de millones de años.m Es posible que nos extingamos mucho antes de ese momento, pero si eso no sucede, entonces vivirán muchas más personas en el futuro de las que viven hoy.
Para utilizar algunas cifras hipotéticas: si cada generación dura 100 años, en el transcurso de 100 millones de años podría haber un millón de generaciones futuras.n
Se trata de una cifra tan grande que cualquier problema que afecte a las generaciones futuras podría tener una escala mucho mayor que uno que solo afecte al presente: podría afectar a un millón de veces más personas y a todo el arte, la ciencia, la cultura y el bienestar que ello implica. Por eso, los problemas que afectan a las generaciones futuras son potencialmente los de mayor escala y los más desatendidos.
Es más, dado que el futuro podría ser extenso y el universo es tan vasto, lo que valoremos resulta casi insignificante, pues en el futuro podría haber mucho más de aquello que nos importa.
Por tanto, consideramos que hay razones mucho más importantes de lo que la gente suele creer para ayudar a que el futuro —y no solo el futuro cercano, sino también el futuro a muy largo plazo— sea bueno. (Tratamos estas ideas con mayor profundidad en otro artículo.)
Pero, ¿podemos realmente ayudar a las generaciones futuras, o mejorar el futuro a largo plazo? ¿Es posible que los problemas que afectan al futuro sean grandes y estén desatendidos, pero que no se puedan solucionar?
En el verano de 2013, Barack Obama se refirió al cambio climático como “la amenaza global de nuestro tiempo”. No es el único que opina así. Cuando mucha gente piensa en los mayores problemas a los que se enfrentan las generaciones futuras, el cambio climático suele ser el primero que les viene a la mente.
Una de las razones es que muchas personas temen que el cambio climático podría causar un colapso catastrófico de la civilización, e incluso que podría provocar el fin de la especie humana.o
Consideramos que este pensamiento es, hasta cierto punto, acertado. Creemos que la forma más poderosa en que podemos ayudar a las generaciones futuras es prevenir una catástrofe que podría acabar con la civilización avanzada, o incluso impedir que existan generaciones futuras. Si la civilización sobrevive, más adelante tendremos la oportunidad de resolver problemas como la pobreza y las enfermedades; mientras que cualquier cosa que suponga una amenaza realmente existencial imposibilitará cualquier avance de este tipo. (Defendemos la importancia de reducir los riesgos existenciales en otro lugar).
Sin embargo, también se acepta en general que el cambio climático es un problema importante (teóricos de la conspiración aparte), por lo que recibe decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares de inversión. Nuestra hipótesis es también que hay problemas que constituyen riesgos mucho mayores de acabar con la civilización.
Por eso, aunque pensamos que dedicarse al cambio climático es una forma importante de ayudar a las generaciones futuras, creemos que es probable que para muchos tenga un impacto aún mayor centrarse en cuestiones más descuidadas y más peligrosas desde un punto de vista existencial.
(Puedes leer más sobre el riesgo del cambio climático en nuestro perfil completo.)
En 2006, The Guardian encargó por correo segmentos de ADN de viruela. En un estudio se estimó que, si se ensamblaba en una cadena completa y se transmitía a 10 personas, podría infectar hasta a 2,2 millones de personas en 180 días, lo que podría matar a 660 000, si las autoridades no respondieran rápidamente con vacunaciones y cuarentenas.p
Escribimos por primera vez sobre los riesgos que suponen las pandemias catastróficas en 2016. Siete años después, y tres años después de la aparición de la pandemia de COVID-19, seguimos preocupados.
La pandemia de COVID-19 transformó el mundo y, hasta ahora, ha matado a más de 10 millones de personas. Pero es fácil imaginar situaciones mucho peores.
En el futuro, podríamos enfrentarnos a enfermedades aún más mortales, ya sea que resulten de la evolución natural o de la bioingeniería (una tecnología que cada año es más barata y accesible).
Creemos que el riesgo de que haya una pandemia que mate a más de 100 millones de personas durante el próximo siglo parece similar al riesgo de una guerra nuclear o de un cambio climático descontrolado, y puede que sea mayor. Por lo tanto, representa una amenaza con una importancia al menos similar para la generación presente y las generaciones futuras.
Pero el riesgo de pandemias está, incluso ahora, mucho más desatendido que cualquiera de los otros dos. Calculamos que se gastan más de 600 000 millones de dólares al año en iniciativas para combatir el cambio climático, en comparación con los 1000-10 000 millones de dólares gastados en bioseguridad para prevenir las peores pandemias.
Además, los riesgos de pandemias podrían ser aún mayores. Es muy difícil imaginar cómo una guerra nuclear o el cambio climático podrían matar a literalmente todo el mundo y acabar con la civilización para siempre, pero parece que las armas biológicas podrían desarrollar tal poder si se les da el tiempo suficiente.
Al mismo tiempo, hay muchas medidas relativamente simples que podrían tomarse para mejorar la bioseguridad, como mejorar la regulación de los laboratorios, acumular mayores reservas de equipos de protección personal y desarrollar diagnósticos asequibles para detectar nuevas enfermedades con rapidez. En general, creemos que la bioseguridad probablemente es más urgente que el cambio climático. Hoy por hoy, consideramos que la bioseguridad es uno de los problemas más graves del mundo.
Puedes leer más sobre cómo contribuir a la bioseguridad en nuestro perfil completo.
Pero hay asuntos que podrían ser incluso más importantes, y parecen estar aún más desatendidos.
Alrededor de 1800, la civilización pasó por uno de los cambios más profundos de la historia de la humanidad: la Revolución Industrial.3
De cara al futuro, ¿cuál podría ser la siguiente transición de esta magnitud, el próximo momento histórico crucial que marcará lo que les suceda a todas las generaciones futuras? Si pudiéramos identificar esa transición, bien podría ser el asunto de mayor importancia en el que deberíamos trabajar.
Una opción es la bioingeniería, la capacidad de rediseñar fundamentalmente a los seres humanos, como lo analiza, por ejemplo, Yuval Noah Harari en Sapiens.
Consideramos también que hay un asunto que está aún más desatendido y que se está desarrollando más rápidamente: la inteligencia artificial.
Se gastan miles de millones de dólares en tratar de crear una inteligencia artificial más poderosa, pero apenas se dedican esfuerzos a garantizar que esas nuevas capacidades se implementen de manera segura y en beneficio de la humanidad.
Esto es importante por dos razones principales.
En primer lugar, los potentes sistemas de IA pueden ser objeto de un uso impropio. Por ejemplo, podrían utilizarse para desarrollar nuevas tecnologías peligrosas, como armas nuevas y más poderosas.
En segundo lugar, existe el riesgo de accidentes derivados del despliegue de nuevos y potentes sistemas de IA. Esto es especialmente preocupante debido al “problema de la alineación”. Se trata de un tema complejo, por lo que si deseas profundizar en él, te recomendamos que leas nuestro perfil de problema completo sobre inteligencia artificial. Pero aquí tienes una breve introducción.
En la década de 1980, se consideraba que el ajedrez era algo que una máquina nunca podría hacer. Pero en 1997, el campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov fue derrotado por el programa informático Deep Blue. Desde entonces, las computadoras se han vuelto mucho mejores que los humanos en el ajedrez.
En 2004, dos expertos en inteligencia artificial pusieron el ejemplo de la conducción de camiones como un trabajo que sería realmente difícil de automatizar. Pero hoy en día, los coches autónomos ya circulan por las carreteras.q
En agosto de 2021, un equipo de expertos en pronósticos predijo que una computadora tardaría cinco años en ser capaz de resolver problemas de matemáticas de bachillerato de nivel de competición. Menos de un año después, Google creó una IA que podía hacer precisamente eso.
A finales de 2022, ChatGPT se convirtió en la plataforma web de más rápido crecimiento de la historia.
Los avances más recientes son posibles gracias a los avances en el aprendizaje automático. Antes, teníamos que dar instrucciones detalladas a las computadoras para cada tarea. Hoy en día, tenemos programas que aprenden por sí mismos. El mismo algoritmo que puede jugar a Space Invaders también ha aprendido a jugar a unos 50 juegos de arcade, subtitular imágenes, chatear con humanos y manipular un brazo robótico real.
El aprendizaje automático existe desde hace décadas, pero los algoritmos mejorados (especialmente en torno a las técnicas de aprendizaje profundo), los procesadores más veloces, los conjuntos de datos más grandes y las enormes inversiones de empresas como Google y Microsoft han dado lugar a avances asombrosos mucho más rápidamente de lo esperado.
Debido a esto, muchos expertos piensan que la inteligencia artificial de nivel humano fácilmente podría surgir durante nuestras vidas. Estos son los resultados de una encuesta realizada en 2022 a cientos de los principales investigadores de IA:r
Respuesta mediana | Respuesta media | Desviación estándar | |
---|---|---|---|
10 % de probabilidades de inteligencia artificial de nivel humano | 2032 | 2042 | 40 años |
50 % de probabilidades de inteligencia artificial de nivel humano | 2052 | 2127 | 530 años |
90 % de posibilidades de inteligencia artificial de nivel humano | 2086 | 5406 | 40 000 años |
La mitad de los expertos estiman que existe un 50 % (o más) de posibilidades de que para 2052, dentro de solo 30 años, se alcance una IA de nivel humano. Tenemos que admitir que no están muy seguros, pero una alta incertidumbre también significa que podría llegar antes de lo esperado. Puedes leer mucho más sobre cuándo podría surgir la IA de nivel humano en nuestro perfil de problema completo sobre IA.
¿Por qué es esto importante? Los gorilas son más rápidos y fuertes que nosotros, y tienen una mordedura más poderosa. Pero solo hay 100 000 gorilas en su hábitat natural, en comparación con los 7 000 millones de humanos, de modo que su destino depende de nosotros.s Una de las principales razones de esto es la diferencia de inteligencia.
En este momento, las computadoras solo son más inteligentes que nosotros en aspectos limitados (como jugar al StarCraft), y esto es algo que ya está cambiando la economía. Pero, ¿qué pasa si las computadoras se vuelven más inteligentes que nosotros en casi todos los aspectos, como lo somos nosotros en comparación con los gorilas?
Esta transición podría ser tremendamente positiva o tremendamente negativa. Por un lado, de la misma manera que la Revolución Industrial automatizó el trabajo manual, la revolución de la IA podría automatizar el trabajo intelectual, lo que daría lugar una prosperidad sin precedentes, así como el acceso a recursos materiales.
Pero tampoco podríamos garantizar que mantendremos el control de un sistema que es más inteligente que nosotros: podría ser más estratégico que nosotros, más persuasivo y mejor para resolver problemas. Así que tenemos que asegurarnos de que el sistema de IA comparta nuestros objetivos.
Sin embargo, esta no es una tarea sencilla. Nadie sabe cómo programar un código moral en una computadora. En las ciencias de la computación, esto se conoce como el problema de la alineación.
Resolver el problema de la alineación podría ser de enorme importancia, pero hoy en día muy pocas personas trabajan en ello.
Estimamos que el número de investigadores a tiempo completo que trabajan directamente en el problema de la alineación es de aproximadamente 300, lo que lo vuelve más de 10 veces más desatendido que la bioseguridad.
Al mismo tiempo, este trabajo está cobrando impulso. En los últimos 10 años, el campo ha ganado apoyo de la academia y de la industria,t como Stephen Hawking, Stuart Russell (que escribió el libro de texto más popular sobre la IA) y Geoffrey Hinton (pionero en el campo de la IA). Si tu perfil no se ajusta a la investigación técnica, es posible contribuir de otras maneras, por ejemplo, trabajando como director o asistente de investigación, o donando y recaudando fondos para esta investigación.
Este también será un gran problema para los gobiernos. La regulación de la IA se está convirtiendo rápidamente en un tema importante, pero los responsables de políticas se fijan en cuestiones a corto plazo, como la regulación de los vehículos autónomos y la pérdida de puestos de trabajo, en lugar de centrarse en los problemas fundamentales a largo plazo (es decir, el futuro de la civilización).
Averigua cómo contribuir en nuestro perfil completo.
De todos los problemas que hemos abordado hasta ahora, la reducción de los riesgos derivados de la IA es uno de los más importantes, pero también de los más desatendidos. A pesar de que también es más difícil de resolver, creemos que es probable que sea uno de los problemas con mayor impacto en las décadas venideras.
Esto nos sorprendió cuando lo consideramos por primera vez, pero creemos que es a donde nos llevan los argumentos. Hoy en día dedicamos más tiempo a investigar el aprendizaje automático que las redes contra la malaria.
Lee más sobre por qué consideramos que reducir los riesgos de extinción debería ser la prioridad número uno de la humanidad.
Nuestras opiniones han cambiado bastante en los últimos 12 años y fácilmente podrían cambiar de nuevo. Podríamos comprometernos a trabajar en IA o bioseguridad, pero ¿es posible que descubramos algo aún mejor en los próximos años? Y ¿qué podría implicar esta incertidumbre respecto a dónde enfocar la atención ahora?
Si hay dudas sobre cuál es el problema global más urgente, aquí hay una respuesta: “se necesita más investigación”. Solo una pequeña fracción de los miles de millones de dólares que se gastan cada año para intentar hacer del mundo un lugar mejor se destina a la investigación para identificar cómo gastar esos recursos de la manera más eficaz: lo que llamamos “investigación sobre prioridades globales”.
Como hemos visto, algunos métodos son mucho más eficaces que otros. Por ello, esta investigación es muy valiosa.
Una carrera profesional en esta área podría implicar trabajo en organizaciones como Open Philanthropy, el Global Priorities Institute y Rethink Priorities, o en economía a nivel académico, think tanks y otros lugares. Lee más sobre cómo contribuir en nuestro perfil completo acerca de la investigación sobre prioridades globales.
La segunda estrategia consiste en trabajar en aquellos problemas que nos ayuden a resolver muchos otros. Esto lo conocemos como “intervenciones amplias”.
Por ejemplo, si tuviéramos gobiernos más avanzados, podríamos resolver muchos otros problemas a los que se enfrentarán las generaciones futuras. En particular, el gobierno de los EE. UU. desempeñará un papel fundamental en cuestiones como la política climática, la política de la inteligencia artificial, la bioseguridad y nuevos desafíos de los que aún no tenemos ni idea. Por lo tanto, la gobernanza en los EE. UU. es muy importante (aunque quizá esté desatendida ni sea tratable).
La acción política en la comunidad local podría tener un efecto en los responsables de la toma de decisiones en Washington. Hicimos un análisis del tipo más simple de acción política —votar— y descubrimos que podría ser realmente valioso.
Por otro lado, cuestiones como la gobernanza en los EE. UU. ya reciben muchísima atención, lo cual implica que es difícil avanzar en ellas.
Por lo general, nos inclinamos por cuestiones más desatendidas con efectos más específicos en las generaciones futuras. Por ejemplo, una fascinante investigación de Philip Tetlock demuestra que algunos equipos y métodos son mucho mejores que otros para predecir eventos geopolíticos. Si los responsables de la toma de decisiones en la sociedad contaran con pronósticos mucho más exactos, les sería más fácil afrontar futuras crisis, sean cuales sean.
Lee más sobre cómo contribuir a mejorar la toma de decisiones en nuestro perfil completo. Sin embargo, la categoría de “intervenciones amplias” es una de las áreas sobre las que tenemos más dudas, por lo que realmente esperamos que haya más investigaciones al respecto.
Si hay dudas sobre cuáles serán los problemas más apremiantes en el futuro, una tercera estrategia consiste simplemente en ahorrar dinero o invertir en nuestro capital profesional, para estar en mejores condiciones de tener un impacto positivo cuando lleguemos a tener más información.
Sin embargo, en lugar de hacer inversiones personales, podría ser incluso mejor invertir en una comunidad de personas que trabajan por el bien común.
En un artículo anterior examinamos Giving What We Can, una organización benéfica que está creando una comunidad de personas que donan el 10 % de sus ingresos a las organizaciones benéficas más costo-eficaces.u Cada dólar invertido en el crecimiento de Giving What We Can ha dado lugar a más de 9 dólares ya donados a sus principales organizaciones benéficas recomendadas y a un total de más de 3 000 millones de dólares comprometidos.
Al formar una comunidad, Giving What We Can ha podido recaudar mucho más dinero que el que sus fundadores podrían haber donado individualmente. Han logrado un multiplicador de su impacto.
Pero no solo eso, los miembros donan a aquellas organizaciones benéficas que sean más efectivas en ese momento. Si la situación cambia, entonces (al menos hasta cierto punto) las donaciones también cambiarán.
Esta flexibilidad hace que el impacto sea mucho mayor con el paso del tiempo.
Giving What We Can es un ejemplo de varios proyectos de la comunidad del altruismo eficaz, una comunidad de personas que tienen como objetivo identificar las mejores formas de ayudar a los demás y actuar en función de sus hallazgos. (Consulta nuestro perfil completo sobre la promoción del altruismo eficaz.)
80 000 horas es otro de estos proyectos.
Mejorar el asesoramiento profesional no parece ser uno de los problemas más apremiantes que podamos imaginar. Pero muchos de los jóvenes más talentosos del mundo quieren tener un impacto positivo con sus vidas y no disponen de buenos consejos sobre cómo hacerlo. Esto significa que cada año, miles de ellos tienen mucho menos impacto del que podrían tener.
Nosotros mismos podríamos haber trabajado en temas como la IA. Pero, en cambio, al ofrecer mejor asesoramiento, podemos ayudar a miles de personas a encontrar carreras de alto impacto. Y de esta manera (si hacemos un buen trabajo), nosotros mismos podríamos esperar tener un impacto miles de veces mayor.
Además, si descubrimos opciones de carreras profesionales nuevas y mejores que las que ya conocemos, podemos empezar a promocionarlas. Al igual que ocurre con Giving What We Can, esta flexibilidad nos ofrece un mayor impacto a lo largo del tiempo.
Llamamos a las estrategias indirectas que hemos cubierto (investigación de prioridades globales, intervenciones amplias y promoción del altruismo eficaz) “volverse meta”, porque funcionan a un nivel distinto de los problemas concretos que parecen más urgentes.
La desventaja de volverse meta es que es más difícil saber si tus esfuerzos surten efecto. La ventaja es que está más desatendido, ya que la gente prefiere las oportunidades concretas a las más abstractas, y eso permite tener un mayor impacto ante la incertidumbre.
Aquí se puede consultar nuestra lista de los problemas más apremiantes del mundo, incluidos muchos que no hemos mencionado en esta página:
Pero esta es solo nuestra lista. Lo que importa para tu carrera es tu propia lista
La evaluación de los problemas depende en gran medida de juicios de valor y cuestiones empíricas debatibles, y es posible que tú no compartas nuestras respuestas. En la sección de preguntas frecuentes de nuestra página de perfiles de problema, analizamos algunos aspectos en los que podríamos estar equivocados.
La aptitud personal también es vital, al igual que las oportunidades concretas que se puedan encontrar. No creemos que todo el mundo deba trabajar en el problema número uno. Si encajas perfectamente en un área, podrías tener un impacto 10 veces mayor trabajando allí que en otra área que no te motive. Esto podría cambiar fácilmente el orden de tu lista personal.
Solo hay que recordar que hay muchas maneras de ayudar a resolver cada problema, por lo que con frecuencia es más fácil de lo que parece encontrar un trabajo que disfrutes y que ayude con problemas en los que quizá aún no hayas pensado trabajar. Además, es más fácil desarrollar nuevas pasiones de lo que la mayoría de la gente piensa.
A pesar de todas las incertidumbres, el problema elegido podría ser el factor más importante para determinar el impacto.
Si calificáramos los problemas globales en función de su urgencia, podríamos esperar intuitivamente que se vieran así:
Algunos problemas son más urgentes que otros, pero la mayoría son bastante importantes.
En cambio, observamos que se parece más a esto.
Algunos problemas tienen un impacto mucho mayor que otros, ya que puede haber una diferencia de 10 o 100 veces en cuanto a importancia, desatención y solucionabilidad, y al grado de aptitud personal.v Por ello, tomar la decisión correcta podría significar que tu carrera profesional tenga un impacto 100 veces mayor.
De todo lo que hemos visto podemos sacar la siguiente lección: si queremos hacer algo bueno en el mundo, vale la pena que, en algún momento, nos tomemos el tiempo de aprender sobre los diferentes problemas globales y las maneras en que se podría contribuir a su solución. Lleva tiempo y hay mucho que aprender, pero es difícil imaginar algo más interesante o más importante.
No es necesario que sepas en qué problemas globales quieres centrarte al comienzo de tu carrera profesional. Al principio, la máxima prioridad es explorar para descubrir tus aptitudes y desarrollar habilidades útiles. Es común que durante muchos años no se aborden directamente los problemas que se consideran más urgentes.
No obstante, resulta útil que tengas al menos una idea cercana de los problemas en los que te gustaría trabajar en el futuro, ya que esto puede tener una gran influencia sobre las habilidades que te parezca útil desarrollar. Por ejemplo, si supones que reducir los riesgos asociados a la IA debe estar en tu lista de prioridades, esto podría llevarte a adquirir habilidades y experiencia muy diferentes de las que tratarías de conseguir para trabajar en salud global (aunque algunas habilidades son útiles en ambos casos, como la gestión). Por lo tanto, incluso si estás al comienzo de tu carrera profesional, sugerimos que dediques al menos un par de días a considerar esta cuestión.
He aquí un ejercicio:
Usando los recursos anteriores, escribe cuáles te parece que son los tres problemas globales que requieren más personal adicional. Esto dependerán de tus valores y suposiciones empíricas.
No te preocupes demasiado por tu aptitud personal: aunque es una consideración importante, tu aptitud para un puesto puede ser difícil de evaluar, por lo que hemos dedicado un artículo completo a este tema más adelante en la guía. Por ahora, céntrate en tener la mejor imagen posible de lo que el mundo necesita.
¿Qué es lo que más te genera incertidumbre con respecto a tu lista? ¿Cómo podríamos aprender más sobre esas cuestiones? (Por ejemplo: ¿Hay algo que pueda leer o alguien con quien pueda hablar?)
Como recordatorio, una lista de todas las áreas problemáticas que hemos revisado está disponible aquí. Accede a los perfiles individuales para obtener más información sobre cada tema. También puedes ver nuestra lista de temas para conocer todo lo que hemos escrito sobre un tema determinado.
Para profundizar mucho más en la comparación de problemas globales, consulta los artículos pertinentes de nuestra serie avanzada.
Esta lista de problemas es solo un primer paso. El siguiente es encontrar opciones de carreras profesionales concretas que puedan lograr un cambio dentro del área (lo cual trataremos en el siguiente artículo), para luego encontrar una opción que se adapte lo mejor posible a tu personalidad (lo que también trataremos más adelante).
O consulta un resumen de la guía completa de carreras profesionales.