Consecuencialismo ingenuo
El consecuencialismo ingenuo es la perspectiva según la cual, para cumplir con las exigencias del consecuencialismo, un agente debe estar en todo momento motivado para realizar la acción que el consecuencialismo le exige. Por el contrario, el consecuencialismo sofisticado sostiene que un agente consecuencialista debe adoptar cualquier conjunto de motivaciones que en la práctica lo lleven a actuar de la manera que el consecuencialismo exige. Estas motivicaciones pueden incluir el deseo de actuar por razones no consecuencialistas, como razones egoistas o razones derivadas de otras teorías morales, en la medida en que induzcan al agente a actuar conforme a las exigencias del consecuencialismo.
A veces se utilizan las expresiones “consecuencialismo sofisticado” y “consecuencialismo ingenuo” para describir el contraste entre las aplicaciones del consecuencialismo que tienen y no tienen en cuenta, respectivamente, consecuencias menos directas, menos inmediatas o menos visibles de la acción.a
Como ejemplo concreto, una concepción ingenua del consecuencialismo puede llevar a un agente a creer que romper ciertas reglas morales de sentido común es correcto si parece que los efectos inmediatos en el mundo serán netamente positivos. Sin embargo, este incumplimiento de las normas suele tener efectos secundarios negativos: por ejemplo, puede reducir el grado de confianza en la sociedad y, en concreto, en el grupo del infractor. De ahí que los consecuencialistas sofisticados tiendan a oponerse más al incumplimiento de las normas morales de sentido común que los consecuencialistas ingenuos.
Lucius Caviola (2017) Against naive effective altruism, EAGx Berlin, 20 de noviembre.
Toby Ord (2009) Beyond Action: Applying Consequentialism to Decision Making and Motivation, tesis doctoral, Universidad de Oxford.
consecuencialismo • daño accidental • efectos indirectos a largo plazo • fanatismo