La calidad del aire en Asia meridional
Este informe es el resultado de una investigación media, un examen breve de un área que utilizamos para decidir cómo priorizar futuras investigaciones.
Asia meridional, y en particular la llanura indogangética que abarca parte o la totalidad de la India, Pakistán, Bangladés y Nepal, registra algunos de los niveles de contaminación atmosférica ponderados por la población más elevados del mundo.1 Entendemos que la mala calidad del aire contribuye significativamente a resultados negativos para la salud de los más de 1 800 millones de habitantes de esta zona.a De los contaminantes presentes en el aire de Asia meridional, nos centramos en las PM2.5, que son los que se asocian a los mayores costos sanitarios.b En total, el informe State of global air 2020 —una colaboración del Health Effects Institute y del Estudio de la Carga Global de las Enfermedades del Institute for Health Metrics and Evaluation— atribuye a la contaminación atmosférica en Asia meridional unos 71,4 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) anuales.c Según el Institute for Health Metrics and Evaluation, la contaminación atmosférica en Asia meridional es responsable de casi el 3 % de todos los AVAD del mundo; es decir, si solo se eliminaran los niveles peligrosos de contaminación atmosférica en Asia meridional, cada año se reduciría en un 3 % el número de años de vida sana perdidos prematuramente.2
La exposición a la contaminación atmosférica por PM2.5 puede producirse al aire libre o en el interior de los hogares, y ambos entornos se asocian a diferentes concentraciones, resultados sanitarios e intervenciones. Las fuentes de contaminación atmosférica ambiental (o al aire libre) en Asia meridional incluyen hornos de ladrillos, vehículos, centrales eléctricas de carbón y quema de cultivos.d Según el informe State of global air 2020, la contaminación atmosférica ambiental media experimentada en Asia meridional en 2019 fue de 78,2 µg/m3, una concentración superior tanto a la norma de 10 µg/m3 recomendada por la Organización Mundial de la Salud como a su norma intermedia de 35 µg/m3.e
Aunque no hemos investigado a fondo la base empírica en su conjunto, hemos encontrado un acuerdo generalizado en que la exposición a largo plazo a la contaminación ambiental por PM2.5 puede provocar importantes efectos negativos para la salud, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares crónicas, que reducen la esperanza de vida. El informe State of global air 2020, por ejemplo, estima que, en 2019, casi 40 millones de AVAD en Asia meridional eran atribuibles a la contaminación atmosférica por PM2.5.f Esta cifra parece ser estable en algunos países de Asia meridional e ir en aumento en otros.3 Aunque no hemos verificado de forma independiente esta u otras estimaciones de mortalidad y morbilidad, nos parecen razonablemente plausibles basándonos en los niveles de contaminación atmosférica ponderados por la población de Asia meridional y en lo que dice la bibliografía que hemos examinado sobre el papel de la contaminación atmosférica en las enfermedades crónicas.4
Las concentraciones de contaminación atmosférica doméstica (en contraposición a la ambiental) en Asia meridional parecen ser mucho más difíciles de medir, con estimaciones que oscilan entre 35 µg/m3 y más de 2 000 µg/m3.5 Sin embargo, tenemos más certeza sobre el hecho de que la contaminación atmosférica doméstica está muy extendida: una fuente estima que aproximadamente el 60 % de la población de Asia meridional utiliza combustibles sólidos para cocinar, la principal fuente de contaminación atmosférica doméstica.6 Al parecer, este porcentaje está disminuyendo a medida que la gente cambia a fuentes de energía más limpias.7
La falta de datos fiables sobre las concentraciones de PM2.5 en los hogares hace difícil discernir con seguridad los efectos sobre la salud. La evidencia disponible indica que los resultados negativos para la salud de la contaminación atmosférica doméstica en Asia meridional pueden incluir bajo peso al nacer, parto prematuro y otras afecciones que se correlacionan con un mayor riesgo de muerte infantil.8 El informe State of global air 2020, por ejemplo, atribuyó aproximadamente 95 000 muertes infantiles en el primer mes de vida a la contaminación atmosférica doméstica en Asia meridional en 2019, estimando un impacto global de aproximadamente 30 millones de AVAD en la región para ese año.9
De las naciones que componen Asia meridional, la India parece experimentar uno de los niveles medios anuales de contaminación atmosférica ponderados por la población más elevados (83,2 µg/m3) y el mayor número de AVAD atribuibles tanto a la contaminación atmosférica como a la doméstica (31,1 millones y 20,9 millones, respectivamente).g El crecimiento y envejecimiento de la población de Asia meridional significa que la carga derivada de la calidad del aire, en igualdad de condiciones, está aumentando. En el caso de la contaminación atmosférica doméstica, esto parece compensarse con creces si la gente adopta combustibles más limpios para cocinar, reduciendo la carga con el tiempo.h Sin embargo, el número de AVAD atribuibles a la contaminación atmosférica parece aumentar a medida que empeora la calidad del aire exterior, lo que acentúa las tendencias demográficas.i El enorme impacto de la contaminación atmosférica en la India, en comparación con otras naciones de Asia meridional, nos sugiere que mejorar la calidad del aire en la India podría reducir en gran medida las concentraciones anuales de PM2.5 ponderadas por la población en Asia meridional y los AVAD derivados de la contaminación atmosférica.j
A menudo nos preocupa la calidad y la fiabilidad de la evidencia no experimental en las ciencias sociales, y preferimos poder replicar nosotros mismos los datos clave de nuestros cálculos. Eso no es posible con el informe State of global air 2020, que no tiene datos ni código abiertos. Así que empezamos con cierto escepticismo en cuanto a que estas grandes estimaciones de AVAD deban tomarse al pie de la letra. Sin embargo, hemos revisado la bibliografía en la que se basan y —aunque, como ocurre con toda la bibliografía de las ciencias sociales, creemos que podría mejorarse— hemos llegado a la conclusión de que probablemente no querríamos ajustar a menos de la mitad las estimaciones de la carga de la enfermedad de dicho informe.
Más concretamente, los mecanismos biológicos parecen respaldar la conclusión de que la exposición a la contaminación atmosférica provoca importantes efectos negativos sobre la salud, incluida la mortalidad, en los seres humanos. Tanto la American Heart Association como la Comisión Lancet sobre contaminación y salud, así como los epidemiólogos con los que hemos hablado, afirman que respirar micropartículas genera inflamación y daño vascular. Estos efectos, a su vez, están relacionados con afecciones como la aterosclerosis y la hipertensión, que se sabe que provocan enfermedades potencialmente mortales como la cardiopatía isquémica y el ictus isquémico.k En los bebés, el nexo propuesto parece ser que la contaminación por partículas provoca una menor transmisión de nutrientes a los fetos, lo que se traduce en un menor peso al nacer y deficiencias nutricionales asociadas a una mayor mortalidad infantil y a complicaciones de salud a lo largo de la vida.10
Existen varios ensayos controlados aleatorizados (ECA) y estudios en animales y humanos sobre estos mecanismos biológicos. Por lo general, los estudios concluyen que la contaminación de partículas provoca inflamación vascular, aterosclerosis y bajo peso al nacer.l Sin embargo, los estudios más recientes sobre animales no parecen destacar la mortalidad como resultado de interés, y algunos estudios mucho más antiguos hallaron efectos nulos en la mortalidad por exposición a la contaminación atmosférica.11 Según el equipo de investigación científica de Open Philanthropy, los resultados nulos de mortalidad en modelos animales de los estudios más antiguos no son necesariamente evidencia en contra de los efectos de mortalidad en humanos, en gran parte debido a diferencias innatas en biología y esperanza de vida, aunque los tomamos como una actualización negativa leve.
Fuera de los estudios sobre los mecanismos biológicos relevantes, hemos encontrado varios experimentos naturales realizados por economistas que intentan aislar el efecto causal de la contaminación por partículas sobre la mortalidad. En particular, Ebenstein et al.12 examinan los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud en condiciones similares a las de Asia meridional, aunque somos escépticos respecto a los efectos sobre la mortalidad que se desprenden de los titulares de este trabajo.m Otros trabajos cuasiexperimentales, muchos de los cuales se centran en la exposición a corto plazo a las partículas, suelen encontrar efectos significativos sobre la mortalidad tanto en bebés como en adultos.n Estos trabajos nos han convencido de que la bibliografía no experimental sobre ciencias sociales que hemos encontrado probablemente no esté detectando los efectos sobre la mortalidad de una variable de confusión.
No hemos encontrado ningún metaanálisis que busque sesgos de publicación en la evidencia cuasiexperimental mencionada anteriormente. Sin embargo, existe bibliografía epidemiológica que contiene gráficos de embudo que intentan identificar sesgos de publicación. En una bibliografía sin sesgos de publicación, cabría esperar ver un patrón simétrico en forma de triángulo de puntos en la dispersión, con la misma probabilidad de que los análisis de menor poder estadístico queden a la derecha o a la izquierda de los análisis de mayor poder. Los gráficos de Pope et al.13 (concretamente, la figura 4), que examina los artículos epidemiológicos sobre el efecto causal de la contaminación atmosférica en la mortalidad en estudios de cohortes, parecen presentar cierta asimetría en el centro de los embudos.o Creemos muy provisionalmente que un ajuste por sesgo de publicación basado en estos gráficos reduciría el tamaño del efecto en la mortalidad a una cifra entre ligera y moderadamente inferior al consenso en la literatura epidemiológica.p
Muchas de las posibles mejoras de la calidad del aire requieren una acción estatal coordinada. Las siguientes políticas de reducción son algunas de las que, en nuestra opinión, pueden abordar una gran parte del problema de la contaminación y son viables desde el punto de vista administrativo.q
El 20 % de los ladrillos de arcilla se producen en Asia meridional, aunque las emisiones de PM2.5 atribuibles al sector parecen variar según el país y concentrarse en las zonas urbanas.r Un informe del Banco Mundial estima que el sector del ladrillo es el segundo mayor contribuyente a la contaminación atmosférica por PM2.5 en Bangladés y en Nepal, responsable del 11 % y el 3 % de estas emisiones, respectivamente.14 En la India, mientras tanto, la proporción de emisiones de PM2.5 atribuibles a las fábricas de ladrillos parece ser comparativamente menor, aunque nos hemos encontrado con una gran incertidumbre en torno a este punto. El Health Effects Institute ofrece una de las estimaciones más bajas que hemos encontrado, atribuyendo a las fábricas de ladrillos alrededor del 2 % de la contaminación por PM2.5 de la India y entre el 2 % y el 3 % de las muertes asociadas.15 El informe del Banco Mundial presenta la estimación más alta de las fuentes que hemos recopilado, atribuyendo al sector del ladrillo el 8 % de las emisiones de PM2.5 de la India.16 El Banco Mundial estima que la modernización de los hornos existentes podría reducir las PM2.5 entre un 30 % y un 50 %, además de mejorar la eficiencia energética.s
A pesar de las incertidumbres en torno a los niveles de emisión, creemos que es probable (pero en ningún caso decisivo) que un esfuerzo impulsado por el gobierno (por ejemplo, regulaciones y/o subsidios) para modernizar y construir hornos de ladrillos eficientes sea administrativamente factible y pueda reducir significativamente la contaminación por PM2.5 proveniente del sector del ladrillo.t
Al menos desde 2015, los organismos gubernamentales de la India han manifestado su interés por limitar el uso de los vehículos más antiguos.u Existen algunas prohibiciones regionales, pero no tenemos claro hasta qué punto se han puesto en práctica o se han hecho cumplir.v Este interés existente —aunque irregular— por prohibir los vehículos más antiguos, junto con lo que parece ser un bajo número de vehículos de más de 10 años (lo que significa que los costos políticos/económicos de una prohibición son menores), sugiere que se trata de un área potencialmente prometedora para nuevas medidas gubernamentales.w
No sabemos con certeza qué porcentaje de la contaminación por PM2.5 ponderada por la población de Asia meridional corresponde a los vehículos, aunque parece tratarse de un porcentaje bastante significativo. Un informe del Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático de la India calcula que los vehículos aportan aproximadamente el 28 % de las emisiones de PM2.5 ponderadas por la población en Deli durante el invierno y el 4 % a escala nacional si se tienen en cuenta todos los medios de transporte.17 El Instituto de Energía y Recursos atribuye el 50 % de la carga de PM2.5 en Bangalore a las emisiones de los automóviles.x Un estudio de distribución de fuentes en Mangalore atribuyó el 70 % de la contaminación por partículas a los vehículos.y Los vehículos más antiguos, en particular, parecen contribuir de forma significativa al total de las emisiones vehiculares, y una de las estimaciones que hemos encontrado sostiene que los vehículos de más de 15 años representan el 15 % de la contaminación vehicular total, y tienden a contaminar entre 10 y 25 veces más que los vehículos más nuevos.18 Basándonos en estas cifras, creemos que es probable que una prohibición de los vehículos más antiguos pueda reducir la contaminación total por PM2.5, aunque tenemos muchas dudas sobre la reducción total que podríamos esperar razonablemente y sobre lo aplicable (y beneficiosa) que sería una prohibición desde un punto de vista realista.
La mayoría de las estimaciones que hemos encontrado atribuyen aproximadamente el 15 % de las emisiones de PM2.5 de la India a la generación de electricidad a partir del carbón.z Nos parece verosímil que el carbón sea una fuente importante de emisiones de PM2.5, dada la importancia del carbón en la generación de electricidad y en las emisiones de CO2 de la India.aa
Un informe que hemos consultado sostiene que la instalación de depuradores húmedos de carbón en las centrales eléctricas podría reducir las emisiones de PM2.5 hasta en un 98 % y que los nuevos filtros de tela pueden alcanzar eficiencias de hasta el 99,7 %.ab Aunque no hemos verificado de forma independiente esta estimación, de ser exacta indicaría que los depuradores de carbón podrían mejorar significativamente la calidad del aire de la India.ac
El gobierno indio ya ha ordenado que las centrales instalen depuradores de carbón para limitar las emisiones, aunque el cumplimiento parece ser limitado.ae Dada la aparente magnitud de las emisiones de las centrales eléctricas de carbón y el interés actual del gobierno por aplicar medidas de mitigación, los esfuerzos adicionales para instalar depuradores de carbón podrían ser una intervención prometedora.
Más abajo compartimos nuestros cálculos de servilleta sobre la posible costo-eficacia de la ayuda filantrópica a la instalación de depuradores de carbón.
Nuestra impresión es que la quema de cultivos es una fuente de emisiones relativamente menor en la India; un artículo afirma que constituye una media del 5 % de la contaminación anual por PM2.5 en Deli, aunque llega hasta el 40 % en determinados momentos del año.19 La gran mayoría de los agricultores parecen quemar sus cultivos, y se calcula que solo un 20 % utiliza tractores para labrar sus campos.20 Parece verosímil que una mejor focalización de los subsidios a los tractores para aumentar el porcentaje de agricultores que utilizan estos vehículos y, por tanto, disminuir el de los que queman rastrojos, podría mejorar moderadamente la calidad del aire de Deli.af No estamos seguros del impacto potencial que los subsidios a los tractores podrían tener en la calidad del aire en toda la región de Asia meridional.
Por lo que hemos averiguado, los combustibles sólidos para cocinar, que siguen utilizándose en aproximadamente el 60 % de los hogares, son responsables de aproximadamente el 40 % de la carga para la salud derivada de la contaminación por PM2.5 en Asia meridional.21 Suponemos provisionalmente que una reducción sustancial del uso de combustibles sólidos para cocinar podría dar lugar a una gran reducción del impacto sobre la salud. El principal sustituto del combustible sólido para cocinar (madera, residuos agrícolas, carbón vegetal, etc.) es el gas licuado de petróleo (GLP).
El gobierno indio ya subsidia el uso de GLP, que actualmente da derecho a cada hogar a 12 bombonas de GLP al año.22 ag Sin embargo, los subsidios no proporcionan descuentos significativos en comparación con el precio de mercado, lo que sugiere que los precios de las bombonas de GLP pueden seguir siendo demasiado altos para que muchos hogares pobres puedan permitírselas.23 Para aumentar los subsidios a los pobres, el gobierno ha intentado sin éxito convencer a los hogares más ricos de que paguen voluntariamente por el GLP no subsidiado.24 Una mejor orientación de los subsidios, aumentando la disponibilidad y la cuantía de los subsidios para los hogares más pobres, podría ayudar a reducir el número de hogares que utilizan combustibles sólidos para cocinar.
Nos hemos topado con una incertidumbre generalizada en torno a la proporción total y ponderada por la población de PM2.5 atribuible a distintas fuentes en la India y en toda Asia meridional. Resolver esta carencia de información parece crucial para orientar adecuadamente las estrategias de reducción. Por ello, parece probable que los esfuerzos filantrópicos puedan centrarse de forma productiva en 1) mejorar el ecosistema de información para los responsables locales de la toma de decisiones y otras partes interesadas y 2) aumentar la capacidad técnica de los organismos gubernamentales clave para abordar la cuestión de la calidad del aire. Un filántropo interesado en apoyar cualquiera de estos dos resultados podría llevar a cabo una serie de actividades, algunas de las cuales se enumeran a continuación.
Como hemos mencionado anteriormente, la falta de datos sobre la distribución de las fuentes de contaminación ha dificultado la evaluación del impacto potencial de las intervenciones disponibles. Los estudios de distribución de fuentes son estudios científicos que intentan medir qué proporción de la concentración total de PM2.5 en una ciudad o región determinada puede atribuirse a distintas fuentes, como el transporte, la generación de electricidad, otras fuentes industriales, etc.ah
Los estudios de distribución de fuentes podrían realizarse en colaboración con las ciudades interesadas que necesiten asistencia técnica.ai Estos estudios localizados, al proporcionar a los gobiernos estimaciones aproximadas de las principales fuentes de contaminación atmosférica de sus ciudades, podrían mejorar las estrategias de reducción de los gobiernos (y de los filántropos).
Más abajo presentamos nuestros cálculos aproximados sobre la posible costo-eficacia del apoyo filantrópico a los estudios de distribución de fuentes.
Un filántropo podría financiar sensores de bajo costo o estaciones de monitoreo avanzadas. Los sensores de bajo costo, que ya hemos apoyado, pueden instalarse localmente y aportar datos a los mapas de calidad del aire en tiempo real que informan de los cambios en las cantidades de contaminación. Suponemos que estos mapas podrían ayudar a mejorar la conciencia pública sobre los niveles locales de contaminación y provocar pequeños cambios de comportamiento, así como permitir a los gobiernos y otras entidades hacer un seguimiento del impacto de los métodos de reducción. Sin embargo, la exactitud limitada de los sensores de bajo costo puede obstaculizar las mediciones de la contaminación, ya que los sensores individuales pueden no ser capaces de detectar pequeños cambios en las concentraciones.aj
Las estaciones de monitoreo avanzadas son mucho más exactas —también bastante más caras— y podrían instalarse en cada una de las cuencas atmosféricas de la India. La posible combinación de las estaciones con fotómetros solares para medir la columna atmosférica permitiría realizar mediciones por satélite mucho más precisas y frecuentes de las fuentes y concentraciones de contaminación atmosférica.ak Estas mediciones podrían, a su vez, proporcionar a los gobiernos objetivos de contaminación más precisos, permitir el seguimiento de los efectos de las políticas de reducción y contribuir a la elaboración de informes generales sobre la calidad del aire.
Creemos que monitorear la calidad del aire podría ser una fuente bastante importante de gasto filantrópico a corto plazo, con costos continuos menores tras su puesta en práctica. Nuestras conversaciones también nos dieron la impresión de que el monitoreo del aire en la India está comparativamente bien financiado, y que apoyar el monitoreo en otras regiones de Asia meridional podría tener un mayor impacto marginal. No hemos verificado de forma independiente estas afirmaciones.
Consideramos que la investigación sobre la curva de reducción (el gráfico que describe los costos financieros y los volúmenes de las reducciones de PM2.5 por intervención realizada) y los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud en la India tiene diversas ventajas. Disponer de datos mejor definidos sobre la curva de reducción podría servir como un menú de opciones para los filántropos o responsables de políticas interesados. La investigación sobre los efectos en la salud podría proporcionar datos más específicos sobre los efectos en la salud de la contaminación por PM2.5, incluida la posibilidad de distinguir entre los efectos en la salud de los distintos tipos de contaminantes.
Además, este tipo de investigación podría ayudar a los gobiernos y al público a tomar conciencia de la magnitud del problema y, en consecuencia, a fomentar la adopción de medidas de reducción específicas (sobre todo si esta investigación identifica un conjunto más reducido de cambios políticos de menor costo que podrían resolver una gran parte del problema total). Hemos oído que esto puede ser más eficaz si la investigación se lleva a cabo en instituciones nacionales que también aconsejan a los gobiernos locales o a organizaciones no gubernamentales que trabajan en este tema.
La prestación de asistencia técnica a las entidades gubernamentales podría mejorar los resultados de las medidas de reducción de la contaminación atmosférica al aumentar la capacidad gubernamental para poner en práctica, hacer cumplir y monitorear dichas medidas. Una entidad de financiación interesada en este resultado podría, por ejemplo, trabajar con consultorías externas para prestar asistencia técnica a las comisiones de control de la contaminación en la India, que, por diversas razones, han tenido dificultades para hacer cumplir la normativa sobre calidad del aire.al Hemos encontrado estimaciones contradictorias sobre el gasto actual de las comisiones de control de la contaminación, aunque parece oscilar entre 100 y 300 millones de dólares al año, repartidos entre contaminación atmosférica, contaminación del agua, contaminación acústica y gestión de residuos.am
Las intervenciones presentadas en la sección anterior son en gran medida competencia del gobierno. Por ello, los esfuerzos filantrópicos podrían centrarse en proporcionar a los responsables de la toma de decisiones datos y recursos para elaborar políticas eficaces de reducción de la contaminación atmosférica. Las posibles áreas de financiación podrían incluir la investigación sobre la distribución de fuentes y la concentración, mapas de la calidad del aire en tiempo real e información sobre la calidad del aire en los medios de comunicación locales. Otras formas de aumentar la visibilidad de la calidad del aire podrían ser la financiación de programas como Doctors for Clean Air del Clean Air Fund, que sensibiliza sobre el impacto de la contaminación atmosférica en la salud, o el apoyo a programas de calidad del aire en las universidades.
Si la contaminación atmosférica fuera responsable de 71,4 millones de AVAD anuales en Asia meridional y gastáramos 20 millones de dólares al año, tendríamos que aportar soluciones a aproximadamente el 0,06 % del problema en 10 años por cada año de gastos para superar nuestra vara de las mil veces.an Es difícil razonar sobre cifras tan pequeñas, pero dada la escala relativamente limitada de otras actividades filantrópicas en este ámbito, no creemos que sea una vara irrazonable.
No tenemos un plan específico sobre cómo invertir dinero de forma costo-eficaz en este problema a ese nivel, pero hemos hecho algunos cálculos de servilleta sobre proyectos potenciales prometedores, que describimos con más detalle a continuación, que también nos hacen pensar que podrían superar la vara de las mil veces.
Hemos recomendado ya la financiación, por un total de 3 millones de dólares, para instalar una red de sensores de calidad del aire de bajo costo en la India. Hemos eliminado el cálculo de servilleta actual, ya que está relacionado con nuestro proceso de contratación de un responsable del programa de calidad del aire en Asia meridional.
Según nuestros cálculos aproximados, un estudio de distribución fuentes tendría que acelerar una reducción de la contaminación de 0,8 µg/m3 en 10 años para que una ciudad de 5 millones de habitantes alcanzara nuestra vara de las mil veces.ao Este cálculo parte de la base de que:
Según un informe de la Disease Control Priorities Network, instalar depuradores de carbón en todas las centrales eléctricas costaría aproximadamente 1 700 millones de dólares.27 El mismo informe calcula que adaptar las centrales con el costo más bajo por vida salvada costaría 615 millones de dólares,28 aunque otras fuentes que hemos encontrado estiman unos costos superiores en más de un orden de magnitud.aq Si la cifra de 615 millones de dólares fuera correcta, pagar por instalar depuradores de carbón podría alcanzar y quizá superar nuestro vara de las mil veces, suponiendo que se den las siguientes condiciones:
En estas condiciones, calcularíamos un retorno de la inversión de 2,68 billones de dólares (costo total de la contaminación atmosférica) × 0,15 (porcentaje del sector eléctrico en el total de PM2.5) × 0,75 (porcentaje de las centrales seleccionadas en los AVAD del sector eléctrico) × 0,8 (reducción de PM2.5 gracias a los depuradores) × 5 (años de aceleración) / 615 millones de dólares (costo de los depuradores) = ~1 960 veces, aunque, una vez más, no sabemos si estas suposiciones son correctas y hemos visto estimaciones de costos mucho más elevadas en la bibliografía.
Basándonos en nuestro conocimiento de las oportunidades de financiación disponibles, creemos que es muy probable que un programa en este ámbito pueda gastar al menos 25 millones de dólares al año en actividades como monitoreo de la calidad del aire, estudios de reducción y distribución de fuentes, asistencia técnica, ampliación de las organizaciones existentes que trabajan en la calidad del aire y divulgación política, a un nivel de costo-eficacia comparable al de otras oportunidades de financiación que perseguimos. Creemos que hay menos probabilidades de superar significativamente los 25 millones de dólares anuales en oportunidades que consideraríamos bastante costo-eficaces.
El interés filantrópico en la calidad del aire de Asia meridional parece ser limitado, pero está creciendo rápidamente: una estimación del Clean Air Fund, que se nos citó en múltiples conversaciones, sitúa el gasto filantrópico en esta área en aproximadamente 7 millones de dólares en 2019, frente a 1 millón de dólares en 2015.29 No hemos verificado las estimaciones del informe y supondríamos que hay subestimaciones estructurales porque el informe se basa en datos autodeclarados de fundaciones, algunas de las cuales pueden no compartir datos, pero las estimaciones son ampliamente coherentes con lo que escuchamos en las conversaciones.
Los actores filantrópicos internacionales que trabajan en la calidad del aire de Asia meridional que hemos oído mencionar con más frecuencia son Bloomberg Philanthropies, la Children’s Investment Fund Foundation, ClimateWorks, la IKEA Foundation, la MacArthur Foundation, la Oak Foundation, la Pisces Foundation y la William and Flora Hewlett Foundation. En nuestras conversaciones con expertos y financiadores del sector también han aparecido algunos financiadores indios importantes, como Ashish Dhawan. No creemos que esta sea una lista exhaustiva: suponemos que hemos tenido en cuenta a los mayores financiadores filantrópicos que trabajan en este ámbito, pero sin duda faltan inversiones más pequeñas de organizaciones sin ánimo de lucro y de activistas.
Muchos de estos grandes actores filantrópicos parecen abordar la contaminación atmosférica como un factor que contribuye al cambio climático más que en términos de los efectos negativos directos de las partículas sobre la salud. El gasto filantrópico en la calidad del aire centrado en el cambio climático forma parte de un esfuerzo más amplio para mitigar las emisiones en la India, con un gasto filantrópico anual en reducción de emisiones que creemos que es del orden de entre 100 millones y 350 millones de dólares.au
No tenemos claro hasta qué punto tratar la calidad del aire como un problema climático o como un problema de salud daría lugar a estrategias de financiación significativamente diferentes. Existe un claro potencial de solapamiento entre el gasto en cambio climático y en calidad del aire, ya que muchas intervenciones que reducen los gases de efecto invernadero tienden a reducir también las emisiones de PM2.5 (por ejemplo, limitar la dependencia del carbón para la generación de electricidad). Pero los dos objetivos también pueden disociarse (por ejemplo, las unidades de desulfuración de gases de combustión de las centrales de carbón ayudan a mejorar la calidad del aire para la salud, pero por lo que sabemos no mitigan los impactos climáticos). En general, no creemos que la presencia de financiadores importantes para el cambio climático mitigue la necesidad de una labor más centrada en mejorar la calidad del aire desde el punto de vista de la salud.av
Nos ha resultado difícil encontrar estimaciones fiables del gasto público en calidad del aire. Según una fuente que encontramos, en el ciclo presupuestario 2019–2020, el gobierno indio creó y asignó un fondo de 44 000 millones de rupias (aproximadamente 609 millones de dólares en el momento de la conversión) para abordar la contaminación atmosférica en las grandes ciudades.30 Además, un informe de 2020 publicado por el Council on Energy, Environment and Water señala que el Plan Nacional de Aire Limpio, que ordena a las ciudades crear planes de acción para reducir las concentraciones de micropartículas en un 20-30 % para 2024, recibe 4 600 millones de rupias (aproximadamente 63 millones de dólares en el momento de la conversión). Sin embargo, el informe también señalaba que no existen sanciones por incumplimiento ni “mandato legal para la revisión y actualización de los planes”.31 De hecho, solo nueve ciudades parecen haber anotado los costos de ejecución, que oscilan entre 890 millones y 160 000 millones de rupias (aproximadamente entre 11,9 millones y 2 000 millones de dólares en el momento de la conversión, respectivamente).32 Seguimos teniendo muchas dudas sobre la exactitud de estas estimaciones y reconocemos que es verosímil que existan fondos estatales adicionales que desconocemos. En general, creemos que es probable que el gobierno sea el que más gasta en mejorar la calidad del aire, pero consideramos que el gasto actual es sustancialmente inferior al necesario para reducir adecuadamente la contaminación atmosférica.
El monitoreo de la calidad del aire nos ha parecido una estrategia de reducción especialmente tratable y capaz de absorber financiación inmediatamente. En consecuencia, hemos recomendado becas por un total de 3 millones de dólares para apoyar una colaboración de tres años entre el Profesor Joshua Apte de la Universidad de California en Berkeley, el Instituto Indio de Tecnología de Deli (IIT Delhi) y el Council on Energy, Environment, and Water (CEEW) para instalar una red de sensores de calidad del aire de bajo costo en Asia meridional.
El objetivo de la colaboración es que los datos de los sensores sirvan para diseñar, poner en práctica y hacer cumplir políticas más eficaces de reducción de la contaminación atmosférica. Además, también consideramos este proyecto como una primera oportunidad de aprendizaje para el ensayo y despliegue de sensores de bajo costo en toda Asia meridional; si tiene éxito, prevemos que los sensores podrían tener efectos de desbordamiento sobre la velocidad a la que se despliegan otros sensores de bajo costo, aunque no hemos consultado a expertos sobre este punto. Ambos resultados podrían dar lugar a reducciones significativas de los niveles de contaminación atmosférica en Asia meridional.
Para nuestros cálculos de servilleta sobre la posible costo-eficacia de estas becas, véase arriba.
Hemos identificado una serie de riesgos y desventajas potenciales de la financiación de los esfuerzos por mejorar la calidad del aire en Asia meridional, entre ellos:
Durante el proceso de investigación sobre la calidad del aire en Asia meridional nos pusimos en contacto con varios expertos e importantes financiadores en este campo. Las siguientes personas aceptaron ser citadas como fuentes para este informe, aunque ello no debe interpretarse en el sentido de que los expertos aquí citados respalden nuestras conclusiones en parte o en su totalidad:
Seguimos abiertos a conocer más oportunidades en este ámbito y es posible que en el futuro otorguemos más becas.
Esta es una traducción directa del artículo original, publicado bajo licencia CC BY-NC 4.0.