Esto no puede seguir así
Este artículo empieza a defender la tesis de que vivimos en un siglo extraordinario, no solo en una época extraordinaria. Los artículos anteriores de la serie hablaban del extraño futuro que podría esperarnos con el tiempo (quizá en 100 años, quizá en 100 000).
Resumen del artículo:
- Estamos acostumbrados a que la economía global crezca un par de puntos porcentuales al año. Así ha sido durante muchas generaciones.
- Sin embargo, se trata de una situación muy inusual. Si alejamos el foco y abarcamos toda la historia humana, vemos que el crecimiento se ha acelerado, que está cerca de su máximo histórico, y que no podrá continuar así de rápido durante mucho más tiempo (no hay suficientes átomos en la galaxia para mantener este ritmo de crecimiento ni siquiera durante otros 10 000 años).
- El mundo no puede seguir creciendo a este ritmo indefinidamente. Debemos estar preparados para otras posibilidades: un estancamiento (el crecimiento se ralentiza o se detiene), una explosión (el crecimiento se acelera aún más, antes de alcanzar sus límites) o un colapso (algún desastre nivela la economía).
Los tiempos en que vivimos son inusuales e inestables. No debería sorprendernos que ocurriera algo extraño, como una explosión del progreso económico y científico que condujera a la madurez tecnológica. De hecho, podría decirse que una explosión de este tipo iría en consonancia con la tendencia.
Desde que todos tenemos memoria, la economía mundial ha crecidoa una media de un par de puntos porcentuales al año. Algunos años crece más o menos que otros, pero en general el crecimiento es bastante estable,b lo que llamaré el mundo como de costumbre.
En este mundo, todo cambia constantemente, y el cambio es notable, pero no es abrumador ni imposible de seguir. Hay un flujo constante de nuevas oportunidades y nuevos desafíos, pero si quieres tomarte unos años extra para adaptarte a ellos mientras haces las cosas como las hacías antes, normalmente (personalmente) puedes hacerlo. En cuanto a la vida del día a día, 2019 fue bastante similar a 2018, fue apreciablemente diferente a 2010 pero no muy diferente, y fue muy diferente a 1980 pero no extremadamente diferente.c
Si esto te parece bien, y estás acostumbrado a ello, e imaginas que el futuro también será así, entonces vives en el espacio mental del mundo como de costumbre. Cuando piensas en el pasado y en el futuro, probablemente estés pensando en algo parecido a esto:
Yo vivo en un espacio mental diferente, con un pasado más turbulento y un futuro más incierto. Lo llamaré el espacio mental esto no puede seguir así. Esta es mi versión del gráfico:
¿Cuál es la figura correcta? Bueno, utilizan exactamente los mismos datos históricos, solo que la figura 1 empieza en 1950, mientras que la figura 2 comienza en el año 5 000 antes de Cristo. “Esto no puede seguir así” es toda la historia; “Como de costumbre” es una pequeña parte de ella.
Estamos acostumbrados a crecer a un ritmo de unos pocos puntos porcentuales al año. Pero cuando se mira toda la historia, crecer a un par de puntos porcentuales al año es una locura. (Es la parte en la que la línea azul se vuelve casi vertical.)
Este crecimiento ha durado más de lo que cualquiera de nosotros puede recordar, pero eso no es mucho tiempo en el panorama general: solo un par de cientos de años, de los miles de años de civilización humana. Es una aceleración enorme, y no puede durar mucho más. (Explicaré “no puede durar mucho más” en la siguiente sección.)
El primer gráfico sugiere regularidad y previsibilidad. El segundo sugiere volatilidad y posibles futuros radicalmente diferentes.
Un futuro posible es un estancamiento: alcanzaremos el “tamaño máximo” de la economía y el crecimiento, básicamente, se detendrá. Nuestras preocupaciones se centrarán en cómo repartir los recursos que tenemos y los días de un pastel creciente y una economía dinámica habrán terminado para siempre.
Otro es una explosión: el crecimiento se acelerará aún más, hasta el punto de que la economía global se duplique cada año, o cada semana, o cada hora. Una tecnología similar a la del duplicador (como, por ejemplo, las personas digitales o, como trataré en futuros artículos, la IA avanzada) podría impulsar el crecimiento de esta manera. Si esto ocurre, todo cambiará mucho más rápido que la capacidad de los humanos para procesarlo.
Otro es un colapso: una catástrofe global pondrá de rodillas a la civilización, o acabará con la humanidad por completo, y nunca volveremos a alcanzar el nivel de crecimiento actual.
O puede que ocurra alguna otra cosa.
Un buen punto de partida sería este análisis de Overcoming Bias, del que daré aquí mi propia versión:
8 200 años puede parecer mucho tiempo, pero es mucho menos tiempo del que ha existido el ser humano. De hecho, es menos tiempo del que ha existido la civilización humana (basada en la agricultura).
¿Es imaginable que podamos desarrollar la tecnología necesaria para mantener múltiples equivalentes de toda la civilización actual, por cada átomo disponible? Por supuesto, pero esto requeriría una transformación radical de nuestras vidas y sociedades, que va mucho más allá de los cambios que hemos visto en el curso de la historia humana hasta la fecha. Y yo no me atrevería a apostar a que así vayan a ser las cosas en los próximos miles de años.
Parece mucho más probable que se nos “acaben” los nuevos conocimientos científicos, las innovaciones tecnológicas y los recursos, y que el régimen de “enriquecernos un poco más cada año” llegue a su fin. Al fin y al cabo, este régimen solamente tiene un par de cientos de años.
(Este artículo ofrece un análisis similar considerando la energía en lugar de la economía. Proyecta que los límites llegarían incluso antes. Asume un crecimiento anual del 2,3 % en el consumo de energía (menos que la tasa histórica de EE. UU. desde el siglo XVII), y estima que en 2 500 años el gasto de energía sería equivalente a la producida por todas las estrellas de nuestra galaxia.)h
Un futuro posible, entonces, es el estancamiento: el crecimiento se ralentiza gradualmente con el tiempo, y finalmente alcanzamos una economía sin crecimiento. Pero no creo que sea el futuro más probable.
El gráfico anterior no muestra una ralentización del crecimiento, sino una aceleración espectacular. ¿Qué deberíamos esperar si proyectáramos esa misma aceleración hacia el futuro?
Modeling the human trajectory (de David Roodman, de Open Philanthropy) intenta responder exactamente a esta pregunta “encajando una curva” en el patrón de crecimiento económico del pasado.i Su extrapolación implica un crecimiento infinito este siglo. El crecimiento infinito es una abstracción matemática, pero se podría interpretar como “veremos el crecimiento más rápido posible antes de llegar a los límites”.
En The Duplicator, resumo un debate más amplio sobre esta posibilidad. El resultado es que una explosión de crecimiento sería posible, si tuviéramos la tecnología para “copiar” mentes humanas, u otra cosa que cumpla el mismo propósito efectivo, como personas digitales o sistemas de IA suficientemente avanzados.
En una explosión de crecimiento, la tasa de crecimiento anual podría alcanzar el 100 % (la economía global duplicaría su tamaño cada año), lo que podría durar un máximo de 250 años antes de llegar a los límites mencionados anteriormente.j O podríamos ver un crecimiento aún más rápido: la economía global podría duplicar su tamaño cada mes (lo que podríamos mantener durante un máximo de 20 años antes de llegar a los límites),k o incluso más rápido.
Sería un viaje frenético: un crecimiento vertiginoso, quizá impulsado por sistemas de inteligencia artificial capaces acelerar la producción de tal forma que no sería posible para los humanos llevar un registro significativo. Un crecimiento semejante se acercaría pronto a los límites de lo posible, momento en el que tendría que frenarse.
Además del estancamiento o el crecimiento explosivo, existe una tercera posibilidad: el colapso. Una catástrofe global podría reducir la civilización a un estado en el que nunca recuperara el nivel de crecimiento actual. La extinción humana sería una versión extrema de tal colapso. Los gráficos anteriores no sugieren este futuro, pero sabemos que es posible.
Como sostiene Toby Ord en The Precipice, no parece probable que los asteroides y otros riesgos “naturales” vayan a provocarlo, pero hay algunos riesgos que parecen serios y muy difíciles de cuantificar: el cambio climático, la guerra nuclear (principalmente el invierno nuclear), las pandemias (sobre todo si los avances en biología producen armas biológicas nocivas) y los riesgos asociados a la IA avanzada.
Con estas tres posibilidades en mente (estancamiento, explosión y colapso):
Así pues, parece que este es un siglo bastante excepcional, con algunas posibilidades de ser el más excepcional de todos. Esto se basa en observaciones bastante básicas, no en razonamientos detallados sobre la IA (a la que me referiré en futuros artículos).
Es difícil hacer un gráfico simple de la velocidad a la que avanzan la ciencia y la tecnología, que sea análogo al que podemos hacer del crecimiento económico. Pero creo que si pudiéramos, ofrecería un panorama muy similar al del gráfico del crecimiento económico.
Un libro divertido que recomiendo es Asimov’s Chronology of Science and Discovery. En él se repasan los inventos y descubrimientos más importantes de la historia de la humanidad, por orden cronológico. Las primeras entradas incluyen “herramientas de piedra”, “fuego”, “religión” y “arte”; las últimas, “cometa Halley” y “superconductividad de alta temperatura”.
Un dato interesante de este libro es que 553 de sus 654 páginas tienen lugar después del año 1500, a pesar de que comienza en el año 4 millones a. de C. Preveo que otros libros de este tipo mostrarán un patrón similar,m y creo que hubo, de hecho, más avances científicos y tecnológicos en los últimos 500 años que en los varios millones de años que los precedieron.n
Así, al igual que con el crecimiento económico, la tasa de avance científico y tecnológico es extremadamente rápida en comparación con la mayor parte de la historia. Al igual que con el crecimiento económico, es de suponer que en algún momento haya límites a la posibilidad de avances tecnológicos. Y al igual que con el crecimiento económico, a partir de aquí el avance científico y tecnológico podría:
Creo que debería haber algunas personas en el mundo que habiten en el espacio mental como de costumbre, pensando en cómo mejorar el mundo si básicamente asumimos como trasfondo una tasa estable y regular de crecimiento económico para el futuro previsible.
Y algunas personas deberían habitar el espacio mental esto no puede seguir así, pensando en las ramificaciones del estancamiento, la explosión o el colapso, y en si nuestras acciones podrían cambiar lo que suceda.
Pero hoy en día, parece que las cosas están muy desequilibradas: casi todas las noticias y los análisis habitan el espacio mental como de costumbre.
Una metáfora de mi espacio mental es que el mundo parece un grupo de personas en un avión a punto de despegar:
Vamos mucho más rápido de lo normal, y no hay suficiente pista para continuar por mucho más tiempo… y estamos acelerando.
Y cada vez que leo comentarios sobre lo que está pasando en el mundo, la gente está discutiendo sobre cómo colocarse el cinturón de seguridad lo más cómodamente posible dado que llevarlo es parte de la vida, o diciendo que los mejores momentos de la vida son sentarse con tu familia y ver las líneas blancas pasar zumbando, o discutiendo sobre quién tiene la culpa de que haya un ruido de fondo que hace que sea difícil oír a los demás.
Si yo estuviera en esta situación y no supiera qué es lo que está por venir (el despegue), no necesariamente me daría cuenta, pero espero que al menos pensara: “Esta situación parece un poco loca, e inusual, y transitoria. O vamos a acelerar aún más, o nos vamos a parar, o va a pasar alguna otra cosa muy extraña”.
Gracias a María Gutiérrez Rojas por los gráficos de este artículo, y a Ludwig Schubert por un gráfico de la línea de tiempo anterior, en el que se basa la figura 4 de este artículo.