Cómo los estudiantes liderarán la revolución de las proteínas alternativas
En esta charla de la Cumbre de Estudiantes AE 2020, Amy Huang, del Good Food Institute, explica cómo puedes convertir tu universidad en un centro que impulse la educación, la investigación y la innovación en proteínas alternativas.
Hola a todos. Mi nombre es Amy Huang y estoy encantada de estar hoy aquí con ustedes. Vamos a hablar del papel fundamental que desempeñan los estudiantes para garantizar el éxito de las proteínas alternativas. Pero antes de eso, hablemos brevemente de por qué es tan esencial que nos replanteemos nuestros procesos de producción de carne.
Esto es un trozo de carne e intuitivamente la carne es muy simple para nosotros. Es algo que conocemos y entendemos. Ha sido un elemento básico de la dieta humana desde que nuestra especie tiene memoria. Y está en el centro de muchas de nuestras tradiciones culturales y vínculos sociales. Es algo que utilizamos para señalar nuestra riqueza y nuestro poder. Sin embargo, la carne es excepcionalmente complicada. Vamos a explorar algunas de las razones por las que es tan complicada en la siguiente diapositiva:
En la comunidad del altruismo eficaz se habla mucho sobre las inimaginables e incomprensibles cantidades de sufrimiento animal que genera la ganadería industrial. Si pensamos que los animales son sujetos morales dignos de nuestra compasión y consideración, esto por sí solo justifica una revolución alimentaria. Sin embargo, es menos frecuente que los miembros de la comunidad se refieran al hecho de que la ganadería industrial está en el centro de algunos de los problemas más acuciantes a los que nos enfrentamos hoy en día. Uno de estos problemas es el cambio climático y la devastación ambiental. Según informes confiables de las Naciones Unidas, la ganadería industrial es uno de los principales contribuyentes a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Y según cuál sea el informe y qué organismo independiente de las Naciones Unidas lo prepare, se estima que la ganadería industrial es responsable de un porcentaje que oscila entre el 14 y el 51 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero; el número correcto probablemente se encuentre en algún punto intermedio. Además, la ganadería industrial es la principal causa de la pérdida de biodiversidad global y responsable de la escasez de recursos naturales que estamos experimentando hoy en términos de tierra, agua dulce y escorrentía de nutrientes. Esa es la primera área de trabajo en la que se entrecruzan los riesgos existenciales para nuestra especie. La segunda es la relación entre la ganadería industrial y la próxima pandemia global. En los últimos años, el 75 % de los nuevos patógenos humanos tienen un origen zoonótico, es decir, proceden de los animales, y la relación que tenemos con el mundo natural y con la especie animal es en gran parte culpable de ello. También sabemos que la ganadería industrial es una de las razones por las que existe una amenaza creciente de resistencia a los antibióticos en el mundo actual. Los animales consumen el doble de antibióticos de importancia médica que los humanos, lo que contribuye a disparar el problema de la resistencia a los antibióticos. Se calcula que en 2050 podríamos empezar a tener 10 millones de muertes anuales por causas relacionadas con la resistencia a los antibióticos. Y la cuarta área de trabajo es la de la inseguridad alimentaria mundial en su relación con la pobreza global extrema. En conclusión, en el centro de esta intersección de áreas de trabajo está la tremenda ineficacia de la ganadería industrial como vehículo para producir alimentos y el hecho de que esta ineficacia se exhibe en medio de una extrema escasez de recursos. Vamos a profundizar un poco más en esta idea.
¿A qué me refiero con “tremenda ineficiencia en medio de una escasez de recursos”? Empecemos por la parte de los recursos. El 29 % de la superficie terrestre está compuesta por tierra. Y de ese 29 % el 71 % es tierra habitable. De esa tierra habitable, el 50 % ya se utiliza para la agricultura. El 50 % restante está formado por nuestros bosques y matorrales, cada vez más escasos. Y de ese 50 % que ya se utiliza para la agricultura, el 77 % se destina a la producción ganadera. Ese 77 % solo se utiliza para producir el 33 % de nuestras proteínas en forma de carne y lácteos. Así que probablemente te estés preguntado, como yo, ¿por qué existe esta dicotomía? ¿Por qué la mayor parte de nuestra tierra agrícola se utiliza para producir una porción relativamente minoritaria de nuestras proteínas? Pues bien, la respuesta a esa pregunta se reduce realmente al animal, que ocupa el centro de nuestros sistemas de producción de carne.
A modo de ejemplo, tomemos el pollo. El pollo es uno de los procesadores de alimentos más eficientes. Ha sido optimizado implacablemente para la eficiencia y, sin embargo, todavía necesita nueve calorías de energía en forma de soja, frijoles, legumbres, trigo, etc. para producir una sola caloría destinada al consumo humano. Por lo tanto, este pollo, por mucho que se haya optimizado, todavía se topa con una ineficiencia termodinámica fundamental, porque los pollos necesitan ingerir esas calorías y hacer cosas de pollos, como usar su cerebro, picotear, comer y digerir. Como resultado, cada vez que iniciamos el proceso de comer un pollo, estamos generando un 800 % de desperdicio de alimentos: la soja, el trigo y las legumbres que de otro modo podrían utilizarse para alimentar a un número creciente de personas hambrientas en todo el mundo. A eso me refiero con “ineficiencia”.
Todas estas cosas de las que hemos hablado, la devastación ambiental, la creciente amenaza del cambio climático, la creciente amenaza de las pandemias globales y la resistencia a los antibióticos, y las presiones morales del sufrimiento animal se ven exacerbadas por el hecho de que nuestra población mundial sigue aumentando. Se prevé que la demanda mundial de carne crezca al mismo ritmo que el número de habitantes del planeta.
Aquí se puede ver que para 2050 se anticipa que la población mundial aumentará en un 30 %, pero la demanda de carne de ave aumentará un 120 %. Así pues, todas esas cosas de las que hemos hablado se vuelven todavía más urgentes. Por eso surge la cuestión de cómo alimentaremos a 10 000 millones de personas de aquí a 2050 y, lo que es aún más importante, cómo lo haremos de forma ética, sostenible y segura, y de un modo que sea resiliente, que contribuya a la resiliencia de nuestra especie.
El Good Food Institute cree tener algunas respuestas bastante buenas. La respuesta es producir la misma carne que la gente adora, pero con plantas y hongos, células animales y microbios. Hablo de proteínas alternativas. No me refiero al tofu ni al tempe ni a la triste y solitaria hamburguesa de frijoles negros que aparece en el menú y que a nadie le gusta. Me refiero a un tipo de carne que es capaz de producir la misma experiencia sensorial que producen los productos de origen animal convencionales, pero que se cultiva directamente a partir de células animales, plantas y microbios en lugar de llevar a cabo el proceso completo de criar y sacrificar un animal vivo.
El trabajo del GFI para promover las proteínas alternativas es triple. Accionamos tres palancas diferentes del proceso de cambio para acelerar el camino hacia proteínas alternativas que alimenten de manera confiable a una población mundial cada vez mayor. La primera de estas palancas es el equipo de ciencia y tecnología. La segunda es el compromiso del sector empresarial. La tercera es la política. A través de nuestros tres equipos y palancas, nos comprometemos con científicos, ingenieros, estudiantes, empresas, emprendedores y diseñadores de políticas para garantizar que realmente estamos creando un ecosistema a gran escala, despejando un camino regulatorio y garantizando la madurez tecnológica suficiente para que las proteínas alternativas prosperen. Yo formo parte del equipo de ciencia y tecnología y lo que hace nuestro equipo es analizar dónde estamos hoy y dónde tenemos que estar dentro de diez, veinte o treinta años para alimentar al mundo de forma sostenible con estas nuevas tecnologías alimentarias. También analizamos los cientos de oportunidades asociadas a espacios que no caen en una disciplina definida. ¿Cuáles son los proyectos de investigación que hay que llevar a cabo? ¿Cuáles son las empresas que hay que crear? ¿Cuáles son las intervenciones a nivel del ecosistema que debemos emprender para tener éxito en esta misión de desmantelar la ganadería industrial? Lo que descubrimos es que realmente hay oportunidades a lo largo de toda la cadena de valor. Para saber más sobre estas oportunidades concretas, acompáñenme a un taller que se celebrará mañana y en el que profundizaré sobre cada una de estas oportunidades.
Pero al hablar con expertos en el campo de las proteínas alternativas hemos identificado dos piezas críticas del rompecabezas que nos faltan y en las que quiero centrarme hoy. La primera es la falta de talento científico y de ingeniería. Esto significa que muchas empresas se disputan los talentos en este campo porque no existe realmente una vía para formar a científicos e ingenieros en la ciencia de las proteínas alternativas. La segunda es la falta de investigación a disposición del público. Vemos muchas empresas que investigan a nivel privado y que, sin embargo, trabajan sobre las mismas cuestiones: ¿cuáles son los cultivos adecuados para producir la mejor carne de origen vegetal? ¿Cuáles son las mejores formas de diseñar factores de crecimiento para alimentar células animales?
Esto me lleva a las instituciones creadas para generar talento y una mano de obra altamente cualificada, y una gran cantidad de investigación a disposición del público: las universidades. Las universidades están realmente en el centro de la generación de talento y de la investigación en cualquier campo maduro del mundo. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la gran industria tecnológica: es difícil encontrar una universidad que no ofrezca un curso o especialización en informática para formar a estudiantes que se conviertan en ingenieros de software talentosos en la gran industria tecnológica.
Las universidades pueden convertirse realmente en motores de la innovación en proteínas alternativas si se movilizan eficazmente. En esta diapositiva se pueden ver algunos de los ingredientes necesarios para que las universidades se conviertan en centros impulsores de la innovación en proteínas alternativas, potencien un flujo constante de talentos para el campo de las proteínas alternativas, y produzcan investigaciones de acceso público que puedan hacer progresar el conocimiento humano y acercarnos a un suministro de alimentos sostenible, saludable y justo.
El primero de estos ingredientes es la educación. Realmente necesitamos más cursos y especializaciones en proteínas alternativas para formar a los futuros científicos e ingenieros con las habilidades que necesitan para prosperar en la industria. El segundo ingrediente es la investigación de cuestiones fundamentales, muchas de las cuales ahora mismo son de naturaleza precompetitiva, para poder hacer avanzar la ciencia de las proteínas alternativas. Y luego tenemos que aprovechar los resultados de la investigación y comercializar esas tecnologías para que, a través de las empresas, los resultados de la investigación tengan un impacto real en el mundo y se traduzcan en productos que lleguen a nuestras mesas. Por último, hay una gran necesidad de una comunidad interdisciplinaria dentro de la universidad, donde rompamos los silos que existen dentro del mundo académico y reunamos a un grupo de estudiantes y profesores provenientes de las más diversos campos de investigación. Este tipo de comunidades actúan como multiplicadores de fuerza en este campo.
Además de beneficiarse del ecosistema universitario, los estudiantes desempeñan un papel fundamental en la construcción del campo de las proteínas alternativas. Y lo hacen porque están en una posición única, ya que desempeñan un papel de singular importancia a la hora de sentar las bases para que exista este tipo de ecosistema. Conocer este hecho está en el centro de mi trabajo con el Good Food Institute y del resto de la charla que voy a dar hoy. Así que, como los estudiantes desempeñan un papel tan fundamental sentando las bases de ese ecosistema, generando más cursos e investigación e innovación en forma de empresas y construyendo comunidades, el Good Food Institute, mi colega Annie Osborne y yo, iniciamos recientemente el Proyecto Proteínas Alternativas, que es una creciente comunidad global de grupos de estudiantes que se centran en construir ecosistemas universitarios.
El Proyecto Proteínas Alternativas, como ya he dicho, está formado por estos grupos de estudiantes. Lo que están haciendo estos grupos de estudiantes es multiplicar los avances en el campo de las proteínas alternativas. El Proyecto Proteínas Alternativas de Chapel Hill ha decidido que quiere ser la fuerza convergente de las proteínas alternativas en todo el estado de Carolina del Norte. Por ello, hace poco celebraron su primera reunión del ecosistema para estimular la innovación, reuniendo a aceleradores, inversores, empresas y científicos del estado de Carolina del Norte en torno a esta llamada a la acción. Nuestro Proyecto Proteínas Alternativas de Tel Aviv ha realizado una notable labor de movilización de más científicos en torno a las oportunidades de investigación en proteínas alternativas. En solo tres meses, el proyecto consiguió que cuatro laboratorios presentaran propuestas de investigación y sentó las bases de un consorcio de investigación que se extiende por todo el Mediterráneo y cuenta con colaboradores clave como el Dr. Mark Post. Vemos que el Proyecto Proteínas Alternativas de Boulder y el Proyecto Proteínas Alternativas de Davis desempeñan un papel clave en la creación de una comunidad en este espacio, organizando clubes académicos para que los estudiantes de toda la universidad, ya sean de grado o de posgrado, puedan encontrar a otros que compartan sus intereses y superar juntos los principales cuellos de botella tecnológicos. También contamos con el Proyecto Proteínas Alternativas de Berkeley, que ha realizado una labor increíblemente interesante al iniciar cursos en el ámbito de las proteínas alternativas. Tienen un curso enfocado en el futuro de los alimentos que se lanzará pronto en la Universidad de California en Berkeley. Así que puedes ver cómo están ayudando a construir esta cadena educativa.
¿Qué puedes hacer para involucrarte? Creemos firmemente que, como estudiante, lo más impactante que puedes hacer durante tu estancia en la universidad es aprovechar tu posición única como estudiante para construir la infraestructura necesaria para que las proteínas alternativas tengan éxito. Algo poco conocido en el ámbito de las proteínas alternativas es que muchos de los científicos, muchos de los académicos y miembros del profesorado que actualmente impulsan los avances de la investigación en este ámbito, comenzaron sus investigaciones porque uno de sus estudiantes se acercó a ellos y les dijo: “Este es un campo que me apasiona. Esta es una aplicación de la investigación que quiero explorar”. Esas pequeñas semillas dieron lugar a que muchos de los laboratorios que hoy trabajan en la ciencia de las proteínas alternativas ampliaran sus investigaciones para incluir estas novedosas aplicaciones alimentarias. Así que nunca subestimes la influencia que tienen los estudiantes a la hora de dar forma al rumbo de industrias enteras. Una de las cosas clave que puedes hacer para involucrarte es unirte a uno de nuestros grupos de estudiantes. Hoy tenemos seis grupos de estudiantes activos, porque acabamos de empezar este programa y estamos creciendo rápidamente. Están Davis, Berkeley, la Universidad de Colorado en Boulder, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, la Universidad de Wageningen en los Países Bajos y la Universidad de Tel Aviv en Israel. Además de unirte a uno de estos grupos de estudiantes, si estás en una de estas universidades, puedes crear tu propio grupo de estudiantes. Hemos creado una guía de grupos de estudiantes con todos los recursos, consejos y sugerencias que necesitas para crear y dirigir un grupo de estudiantes.
Además de la guía para grupos de estudiantes, tenemos convocatorias mensuales para líderes estudiantiles que se extienden por toda nuestra comunidad global para compartir ideas y superar desafíos comunes. Tenemos una comunidad Slack donde celebramos nuestros éxitos. Estamos desarrollando este programa estratégicamente en regiones y universidades clave que creemos que están bien posicionadas para liderar la iniciativa. Así que estamos haciendo crecer el programa lentamente. Pero si te entusiasma la posibilidad de crear un grupo de estudiantes, te recomiendo encarecidamente que leas nuestra guía para grupos de estudiantes y aprendas un poco más sobre lo que implica poner en marcha la revolución de las proteínas alternativas en tu universidad. Ahora, digo esto con pleno conocimiento de que no todo el mundo está entusiasmado en involucrarse en la construcción del movimiento o no dispone del tiempo necesario para poner en marcha un grupo de estudiantes. Por eso, hay varias llamadas a la acción para aquellos de ustedes que están realmente entusiasmados con las carreras profesionales y las proteínas alternativas y no saben muy bien por dónde empezar.
La primera es nuestra guía de recursos para estudiantes, que es realmente un instrumento único para navegar por nuestras diversas herramientas, bases de datos y recursos como nuestro directorio de investigación colaborativa, que es una forma de averiguar qué laboratorios que se interesan por las proteínas alternativas o que impulsan activamente los avances en la investigación están contratando estudiantes o les ofrecen tutorías. Tenemos cosas como nuestro manual de puesta en marcha de una buena empresa alimentaria para aquellos con espíritu emprendedor que quieran aprender todo lo que implica crear una empresa alimentaria. Tenemos oportunidades de financiación a través de nuestro programa de becas de investigación, que financia proyectos de hasta 250 000 dólares, y tenemos un curso en línea. Esto es solo la superficie de los recursos que hemos creado para ayudar a estudiantes como tú a encontrar su camino en el espacio de las proteínas alternativas. Por lo tanto, les recomiendo encarecidamente que consulten la guía del estudiante de gfi.org.
La segunda llamada a la acción es unirse a nuestra comunidad de más de 2 000 científicos, empresarios, estudiantes y otros innovadores que están realmente comprometidos a ayudarse mutuamente a tener éxito en este campo. Se puede leer más sobre esa comunidad en GFIdeas. Tenemos una serie de seminarios mensuales que profundizan en los avances recientes de la investigación y la ciencia de las proteínas alternativas y que también se centran en destacar otras oportunidades para estudiantes. Tenemos un Slack para difundir eventos, talleres regulares y grupos de discusión que permiten interactuar con algunos de los principales expertos en nuestro campo. Si te entusiasma el potencial de las proteínas alternativas para alejar a nuestra sociedad de las prácticas nocivas de la agricultura animal industrial y acercarla a los sistemas modernizados de producción de carne, como la carne de origen vegetal, la carne cultivada y las proteínas derivadas de la fermentación, visita gfi.org para conocer muchas de nuestras herramientas y recursos de acceso abierto, o ponte en contacto conmigo en amyh@gfi.org. Nada de lo que hemos hablado hoy sería posible sin estudiantes como ustedes, que trabajan intensamente para hacer la investigación que hay que hacer y crear las empresas que hay que crear, y que contribuyen enormemente a sentar las bases para que las proteínas alternativas prosperen. Dicho esto, estoy muy agradecida por su tiempo y su atención y encantada de aceptar cualquier pregunta que puedan tener en este momento. Nuevamente, muchas gracias.