Respuesta al Informe de políticas de Nuestra Agenda Común 2: “Reforzar la respuesta internacional en caso de crisis mundiales complejas - Una Plataforma de Emergencia”
La Oficina Ejecutiva del Secretario General (OESG) de las Naciones Unidas está publicando una serie de informes de políticas para orientar los procesos de Nuestra Agenda Común. El 9 de marzo de 2023, la OESG publicó sus dos primeros informes de políticas sobre las generaciones futuras y la Plataforma de Emergencia.
El Simon Institute for Longterm Governance se asoció con Riesgos Catastróficos Globales para revisar los informes y ofrecer aportes sustantivos que contribuyan al impacto de estos esfuerzos.
La Plataforma de Emergencia podría ser un mecanismo valioso para ayudar a coordinar las crisis mundiales complejas que requieren la cooperación interinstitucional y la toma de decisiones urgente capaces de responder a las crisis complejas y de prevenir las crisis en cascada.
Nos tomamos muy en serio las preocupaciones planteadas por algunos Estados miembros durante la presentación de una Plataforma de Emergencia, incluido el riesgo de duplicación de procesos y la necesidad de una mayor claridad en cuanto a su puesta en marcha. Esperamos que, mediante consultas y una propuesta actualizada que tome cuidadosamente en consideración estas preocupaciones, los Estados miembros adopten la propuesta de una Plataforma de Emergencia. Como ha puesto de manifiesto la pandemia de COVID-19, el actual sistema multilateral no está equipado para reaccionar con rapidez y de forma coordinada ante las crisis globales. Una Plataforma de Emergencia sería un paso significativo en preparar al mundo para hacer frente a futuras crisis.
Este mecanismo complementaría y coordinaría las acciones de las organizaciones regionales y sectoriales, desbloqueando la capacidad y el apoyo de todos los sistemas sin obstaculizar los mandatos de las instituciones existentes. Animamos a la Plataforma de Emergencia a dotar a las instituciones existentes de los medios necesarios para actuar durante las crisis en lugar de sustituirlas. La Plataforma de Emergencia debe, en particular, coordinarse con los mecanismos de financiación para proporcionar una asignación de recursos rápida y eficaz.
La Plataforma de Emergencia debe desarrollarse pronto, ya que es probable que las crisis globales se sucedan a un ritmo cada vez mayor. Sus protocolos deben ser cuidadosamente elaborados para hacer frente a las crisis mundiales de forma rápida y adecuada.
Aunque una Plataforma de Emergencia podría ser decisiva para hacer frente a las crisis mundiales, su naturaleza es reactiva. Es esencial complementar este mecanismo con mecanismos de prevención, especialmente en lo que respecta a los riesgos existenciales, ante los que, por definición, no se puede reaccionar. Tales mecanismos deben considerarse en propuestas separadas para garantizar que el mandato de la Plataforma de Emergencia siga siendo restringido y eficaz.
En el informe de políticas sobre la Plataforma de Emergencia se citan los tipos de crisis mundiales que deben abordarse, como las perturbaciones climáticas a gran escala o las futuras pandemias. Esta lista debería complementarse con los riesgos derivados de la inteligencia artificial y los escenarios de reducción abrupta de la luz solar, como los inviernos volcánicos o nucleares. Y lo que es más importante, la Plataforma de Emergencia no debe centrarse excesivamente en determinados tipos de crisis, de modo que pueda preservar su flexibilidad en el futuro.
El marco de gobernanza del riesgo del International Risk Governance Center podría proporcionar una base conceptual para determinar cuándo activar los protocolos de la Plataforma de Emergencia. Los protocolos también deben tener en cuenta las crisis que pueden ser de evolución lenta y, por tanto, apenas perceptibles durante mucho tiempo, y frente a las cuales es imposible o extremadamente costoso responder cuando se manifiestan.
Los protocolos de la Plataforma de Emergencia deben ser fáciles de poner en práctica. Por lo tanto, recomendamos una reconceptualización de “crisis mundial compleja” como una función del alcance (cuántos individuos y sectores se ven afectados) y de la gravedad (cuán gravemente se ven afectados), lo que hace que “complejidad” y “escala” sean redundantes, y permite una cuantificación más sencilla de los riesgos sistémicos.
En cuanto a los principios clave de la Plataforma de Emergencia, recomendamos simplificarlos en tres principios para reducir posibles confusiones: comprometido, integrado y ágil. El compromiso exige responsabilidad y dotación de recursos; mientras que la integración requiere necesariamente coordinación multisectorial, trabajo interdisciplinar, solidaridad e inclusión.
Para complementar el trabajo de la Plataforma de Emergencia, el Laboratorio de Futuros podría llevar a cabo el seguimiento necesario para pronosticar posibles crisis futuras y decisiones importantes que deban tomarse. En caso de urgencia, podría convocar una plataforma preventiva de toma de decisiones para analizar las alternativas y facilitar la convergencia de las partes interesadas para una prevención proactiva.
La comunidad internacional debe reconocer el potencial de los países del Sur Global para asumir un papel de liderazgo en la prevención y mitigación de crisis globales, así como para innovar en las áreas prioritarias. Por ejemplo, América Latina podría convertirse en una región líder para responder a un escenario abrupto de reducción de luz solar en el que la atmósfera se nublara por una gran cantidad de material particulado causando una disminución prolongada de la temperatura global que podrían llevar a un colapso agrícola.
Los Estados miembros deben invertir en la mejora de las capacidades de evaluación de riesgos, en particular en los países de ingresos bajos y medios, de forma costo-eficaz, y promover metodologías adecuadas y eficaces para responder a los riesgos catastróficos de cola que podrían causar un desastre planetario.