Genética dirigida
La genética dirigida (también conocida como impulso genético) es el proceso por el que un elemento genético aumenta la probabilidad de transmitir determinados rasgos hereditarios. Impulso genético también se usa para referirse al elemento genético mismo.
Se han identificado muchos impulsos genéticos naturales que operan a través de una serie de mecanismos. Las nucleasas CRISPR han acelerado el desarrollo de los impulsos genéticos sintéticos al facilitar la ingeniería genética de especies no modelo, y con frecuencia se utiliza una nucleasa CRISPR como componente central del mecanismo sintético que modifica los rasgos hereditarios.
Los impulsos genéticos pueden, mediante tasas de herencia superiores a las normales, propagar un cambio genético en una población. Esto puede ocurrir incluso si la modificación implica una desventaja adaptativa para quienes la reciben.
Los impulsos genéticos con endonucleasas homing (EH) son probablemente el tipo más desarrollado de impulsos genéticos sintéticos. En los diploides, un cromosoma es aportado por el padre y otro por la madre. Las EH funcionan copiándose de un cromosoma homólogo al otro (cambiando la célula de heterocigótica a homocigótica a partir de la EH). Así, mientras que una mutación propagada por herencia mendeliana puede propagarse solo al 50 % de los descendientes en cada generación, una modificación propagada por la genética dirigida (o herencia “supermendeliana”) se transmite prácticamente a todos los descendientes en una sola generación.1
Se han propuesto dos aplicaciones de la genética dirigida al control de la malaria. Una consiste en modificar la especie de mosquito en cuestión para que sea incapaz de alojar al parásito de la malaria. La otra es reducir significativamente la población de esas especies de mosquitos.2 Una vez liberados los impulsos genéticos, la mutación pertinente podría propagarse a toda la población de interés en un periodo de solo unos años. En 2016, un grupo de investigadores del Imperial College y otras universidades modificaron genéticamente el mosquito Anopheles gambiae -la principal especie de mosquito que propaga el parásito de la malaria- haciéndolo capaz de transmitir la modificación genética a más del 99 % de su descendencia.3
Target Malaria es una organización que trabaja actualmente en estas aplicaciones.
También se ha sugerido el uso de la genética dirigida para reducir el sufrimiento de los animales salvajes. Por ejemplo, el filósofo transhumanista David Pearce propone la genética dirigida basada en CRISPR para promover alelos de dolor bajo en animales salvajes que se reproducen sexualmente.4 Kevin M. Esvelt, líder del grupo Sculpting Evolution del MIT Media Lab, también ha escrito favorablemente sobre la genética dirigida como medio de reducir el sufrimiento de los animales salvajes.5
Kelsey Lane Warmbrod et al. (2020) Gene drives: pursuing opportunities, minimizing risk, The Johns Hopkins Center for Health Security.
Sculpting Evolution. Página que ofrece recursos adicionales sobre este tema.
bienestar de los animales salvajes • mejora de la cognición